LA MARCHA VERDE
Con sangre de “revuelta” en las venas, ya que nació cuatro meses después de la expedición del 14 de junio de ese año (10 de octubre de 1959), mientras sus familiares lloraban los asesinatos de sus parientes opositores al régimen, y en 1963 sepultaron a otro familiar (el hermano de su padre Alfredo Antonio Peralta Michelle), caído junto al revolucionario Manolo Tavárez Justo en Las Manaclas tratando de devolverle al país el gobierno constitucionalista del Juan Bosch, José Ramón Peralta se quita el sombrero ante la parte cívica del movimiento "Marcha Verde" que reclama transparencia en el manejo de los fondos públicos, cero impunidad y más equidad en la repartición de recursos. Mas lo aparta de su admiración cuando percibe que pierde la objetividad con la que comenzó como sociedad civil vigilante de la gobernabilidad. Sus palabras “El Presidente se refirió a esto en su discurso del 27 de febrero, al movimiento que nació con la primera marcha, el pasado 2 de enero, imbuido en un sentimiento nacional en contra de cosas que no estaban bien en el país. Él mismo se identificó y yo también. Pero hemos visto que se ha ido degenerando y ha llegado al punto que no nos habíamos imaginado. ¡Se ha hablado de romper el orden constitucional del país!. Pedir la renuncia del Presidente de la República elegido constitucionalmente es un rompimiento al orden constitucional porque la misma Constitución establece cómo hacer renunciar a un mandatario. Pero no. Ni siquiera eso. Esta gente, o mejor dicho, los opositores que se les han metido ahí, quieren hacer las cosas a su manera”.
¿El Gobierno considera la Marcha Verde una conspiración?
Estamos en democracia. Todo el mundo tiene derecho a reclamar sus derechos y a que se haga un uso correcto de los recursos del Estado. Pero hay muchos que no tienen la razón. El que tiene la razón va a un medio formal y expone sus ideas, va a un tribunal, interpone una demanda o hace una denuncia formal en los organismos correspondientes, no se dedica a acabar a los funcionarios por las redes sociales sin pruebas, en base a rumores o consideraciones apresuradas.