CLARA SALIÓ A CAMINO CON UNA CAFETERÍA
Al comienzo del negocio, Clara tuvo que invertir en la cafetería RD$500,000, en el comedor RD$600,000 obtenidos mediante sus ahorros, la ayuda de su esposo y un pequeño préstamo.
Son muchos los peldaños que Clara Elena Castillo Medina ha tenido que escalar y pruebas superadas cada día para salir hacia adelante desde que llegó a la ciudad de Santo Domingo hace casi dos décadas, con el apoyo de su familia.
Ella proviene de Sabana Larga, una comunidad de la provincia San José de Ocoa. En la actualidad tiene 35 años, y es hija de Juan Castillo y Belkis Medina, ambos de su pueblo natal, quienes conforman una familia humilde y luchadora. Es la última de 16 hermanos.
Desde niña, Clara siempre soñó tener su propia empresa y ser independiente.
Cursó sus estudios secundarios en el Liceo Eugenio María de Hostos de la Zona Colonial en Santo Domingo y se graduó de licenciada en mercadotecnia de la Universidad Tecnológica de Santiago (UTESA), carrera que culminó en 2012, sin embargo, la mayor parte del tiempo se lo dedica al oficio que realiza en su cocina.
“Decidí encaminarme a este trabajo porque me gusta el arte culinario, además que también necesitaba un apoyo económico, ya que en el país la situación está más difícil cada día que pasa”, manifiesta.
Clara es una emprendedora que se llevó de los consejos positivos que le dieron familiares y amigos. En esos comentarios encontró la motivación necesaria para arriesgarse a crear su propio negocio, según explica.
Después de media década, asegura que lo más importante de su labor es su total entrega con amor y calidad a lo que realiza todos los días.
La frase que utiliza en su diario vivir, y para superarse personalmente es “todo lo que encamines a Dios y lo que haces con su dirección te sale súper bien”.
Ha recibido un gran soporte de sus parientes para lograr levantar su negocio de cafetería y comedor, no solo económicamente sino moralmente, desde que comenzó hace 5 años.
Sus inicios fueron difíciles como en todos los negocios. A pesar de ello le ha sacado sus grandes ventajas, tanto en lo económico, también socialmente, conviviendo a diario con los clientes, quienes la ayudan a ser una gran persona. Al tomar la decisión valoró que le iría mucho mejor que como empleada.
“Decidí venir a la Capital en el 1998 porque quería obtener nuevas oportunidades para salir adelante y desarrollarme profesionalmente, ya que en mi pueblo es difícil de conseguirlas, más que en la ciudad”, dice con satisfacción en su rostro.
Al comienzo del negocio, en la cafetería tuvo que invertir RD$500,000.00 y en el comedor con RD$600,000.00 mediante sus ahorros, con la mano amiga, el apoyo de su esposo y obteniendo un pequeño préstamo para adquirir todos los productos necesarios, utensilios, herramientas, entre otras cosas.
El aprendizaje de este oficio lo adquirió buscando tutoriales y videos por Internet. De ahí, recibió el entrenamiento para practicarlo y a través del tiempo fue mejorando hasta mantener su negocio de forma estable.
Labora en horario de 8:00 de la mañana a 6:30 de la tarde en la cafetería y de 10:00 de la mañana a 3:00 de la tarde en el comedor. A lo largo de los años ha tenido la oportunidad de conocer todo tipo de personas. Señala que se siente satisfecha con el servicio brindado durante este tiempo, y manifiesta que piensa seguir creciendo, para allegarse no solo a figuras públicas, sino igualmente a grandes compañías.
“Decidí venir a la capital en el 1998 porque quería obtener nuevas oportunidades para salir adelante y desarrollarme profesionalmente, ya que en mi pueblo es difícil”. CLARA ELENA CASTILLO MEDINA Cocinera.