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“El equipo es una especie de rey Midas, ya que lo que toca lo convierte en radioactivo; pero, por supuesto, lo que se busca es irradiar componentes químicos”, explica Frank Montero, gerente del área de Radiografía y Tomografía de la empresa que produce el equipo. En consecuencia, el mayor esfuerzo se realiza para lograr un material radioactivo llamado flúor 18. “Es un equipo versátil: produce fármacos, hace diagnósticos y produce oxígeno radioactivo, entre otras propiedades”, precisó Montero, de nacionalidad venezolana.

El área de laboratorio se comunica por conductos por debajo de la tierra a través de celdas blindadas, que son las que producen la síntesis del isótopo, mientras a través de las celdas de dispersación el fármaco a través de una especie de manga y, por un lado de la ventana del laboratorio, se cierra, y por el otro se recoge, inyectándose luego al paciente en una de las tres cabinas o salas de inyección de que dispone el área. En esa área el técnico tomará las pruebas. Es un área completamente radioactiva, de ahí que esté completamente blindada. “El Ciclotrón es el equipo de mayor importancia en lo que respecta a la radio-farmacia”, explicó la doctora González Pons, quien especificó que en el mismo se producen los isótopos, desde donde van a unos canales o ductos soterrados. Para la directora del INCART la adquisición e instalación de los equipos es un salto exponencial de todo lo que es la tecnología médica en el país y constituye “la punta de lanza” en el progreso y tratamiento personalizado de los pacientes.