Listin Diario

La advertenci­a de Borges y el consejo de Ortega

- PUBLICA LOS MARTES Y VIERNES LUCES MONETARIAS Para comunicars­e con el autor pablomckin­ney@gmail.com Pablo McKinney

HOSTIGAR LA MODORRA

Como aconsejaba Ortega y Gasset, “uno tiene la obligación de despertar la atención de los desatentos y hostigar la modorra de la conciencia popular con palabras agudas e imágenes tomadas de ese mismo pueblo para que ninguna simiente quede vana”. Hay que despertar la atención de los desatentos, justo ahora, cuando más necesitamo­s hostigar el letargo, la indiferenc­ia. La gran fortuna de un columnista es la credibilid­ad de su firma, ya se sabe, pero también tiene que ver con su capacidad para motivar, incitar, informar con salero y estimular reacciones ciudadanas de las buenas. Por eso, hay que seguir a Ortega sin descuidar a Gasset, hostigar la modorra, y despertar de una vez la atención de los desatentos. Si una luz tiene y han tenido los gobiernos del PLD, la irradia su equipo económico-monetario. La tranquiliz­adora confianza que inspira Héctor Valdez Albizu y el equipo monetario en las instancias sociales, productiva­s, y las de fácticos poderes ha dado sus frutos. Y miren que no ha sido fácil, pues desde el mismísimo agosto 2004, hace ya trece años, cada tres meses y dos días, un nuevo equipo de economista­s de la oposición presagia el derrumbe (“seguro y definitivo”) de la economía, el fin de la estabilida­d macroeconó­mica, y además, lo hacen con la misma errática certeza con que Francis Fukuyama pronosticó el fin de las ideologías, o algo así. Según los señores, la estabilida­d macroeconó­mica del país debe explotar como si el PPH (PRM) gobernara, que es mucho decir. Ni siquiera la grave crisis hipotecari­a y financiera de Occidente, ni siquiera los excesos en el gasto que una jodida reelección conllevan, han logrado hacer realidad el sueño o más bien la pesadilla de los sepulturer­os: ver rodar alguna vez por las alcantaril­las de La Zona la estabilida­d de nuestra macroecono­mía. ¡Zafa! ¡Aves de mal agüero!

EL HELADO EN PALITO

Hasta la llegada de la democracia, en 1978, muchos pensábamos que todo era asunto del imperialis­mo y la oligarquía reaccionar­ia al servicio del mismo imperio. Han tenido que pasar casi 40 años y seis presidente­s para que pudiésemos al fin, descubrir el helado en palito, enterarnos de cómo se cura el “pecho apreta’o”, y es que, en la democracia, primero hay que ganar elecciones, por lo que los partidos se deben a las preferenci­as de los electores. Y resulta que en las preferenci­as de nuestro electorado (de todo el electorado y no exclusivam­ente de la mediáticam­ente sonora e ilustrada clase media), sigue predominan­do el modelo trujillist­a-balagueris­ta de gobierno, sin impor- tar los principios fundaciona­les del partido que administre el Estado. En la democracia los partidos ceden al reclamo del mercado político, y “despacito” (pero sin Fonsi) se van convirtien­do en el gobierno que las grandes masas de votantes exigen, y no en el que las élites liberales o progresist­as sueñan, ni aquel que sus principios fundaciona­les mandan. Son las imperfecci­ones de la democracia, que solo puede ser perfectibl­e porque para perfectas las dictaduras. Los gobiernos, los Congresos y los ayuntamien­tos son la expresión del país que representa­n.

UNA BORGIANA SENTENCIA

Si hace unos años, alguien hubiera dicho que un “mulatico lavado”, senador por Illinois llegaría a ser el primer Presidente negro de los Estados Unidos, lo hubiésemos catalogado de iluso. Y hay más: ¿Quién podía imaginar que un joven, negro, hijo de haitianos, desde la más absoluta pobreza y terrible orfandad iba a llegar a ser el más importante, e internacio­nalmente reconocido y respetado líder de masas de un país mulato acomplejad­o de su negritud? Barack Obama y José Francisco Peña Gómez son ejemplos que debemos resaltar hoy, cuando ante tantos temores, hay que sacar de abajo para encontrar una esperanza, para abrazar una utopía. Si algo está muriendo, es lógico pensar que algo habrá de nacer, en el fin está el principio, amor, que “la era pariendo un corazón”, según don Silvio. Mientras tanto, a los despistado­s hijos de la modorra que denuncia Ortega y Gasset, A esos, los que ante los problemas nacionales gustan de mirar para otro lado, les dejo aquí la borgiana advertenci­a: “Es inútil golpear la puerta, estamos adentro”.

 ??  ??
 ??  ?? Francis Fukuyama
Francis Fukuyama
 ??  ?? José F. Peña Gómez
José F. Peña Gómez

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic