Proyecciones de los Franco
Ellos son un grupo familiar de Baní, sobrinos de Erick Aybar
Su padre, Franco, quien habla con gran regocijo de su “muchacho”, como él le llama, asegura que los ejecutivos del equipo tienen grandes esperanzas en este joven prospecto, considerado actualmente como el mejor bateador de su clase en América Latina, de velocidad impresionante, swing compacto y de gran control de la zona de strike.
Wander Franco Padre, con amplia sonrisa en sus labios, sentado en el balcón de su casa, en Palo Blanco, Baní, habla con gran fluidez, sobre su novato “ese muchachito, gracias a Dios, tiene unas condiciones privilegiadas, tremendas, él nació con ese talento”.
Expresa que esas condiciones son algo que muy pocos atletas desarrollan en tan corto tiempo, pues es sumamente inteligente, “sabe jugar el béisbol, se desempeña en el terreno de juego como todo un veterano”.
Promesas del equipo
Cuando se le pregunta sobre las perspectivas del hijo hacia las Grandes Ligas, asegura, que los ejecutivos del equipo confían mucho en él, en su inteligencia, sus condiciones, sus habilidades, su estilo de juego, su desempeño en el terreno, pues mi muchacho, “apara bien, corre bien, co- necta para todas partes, es un pelotero completo”.
Dice que, de aquí en adelante, lo que se espera es que madure, que desarrolle estas condiciones para que llegue “al equipo grande”.
Este padre, al valorar a Samuel como hijo, asegura que lo ve como un muchacho positivo, disciplinado, que le gustan los retos, y que siempre busca esforzarse más, dar el 100 por ciento de sus posibilidades en el terreno de juego.
Estas cualidades excelentes, que como prospecto del béisbol exhibe Wander Samuel Franco, nos es casualidad, no parece ser un asunto de suerte, es que esta es una familia de peloteros, que envuelve al padre, su madre, abuelos y tíos. Su padre, Wander Franco, firmó como pitcher surdo, con White Sox, en 1991, pero su abuelo Armando, jugó pelota amateur en Baní, la madre de Samuel, Nancy Yulissa Aybar, es hermana de los hermanos Erick y Willy Aybar, dos grandes ligas consumados, y según cuenta Wander, el padre, en la casa de la madre de Yulissa, su esposa, era que se cocinaba la comida a los peloteros del equipo de Villa Majega, que formaban en team del barrio.
Los dos hermanos mayores de Samuel, Javier y Alexander, también son peloteros profesionales, ambos firmaron contratos, uno con Kansas y el otro con los Astros de Houston, respectivamente, y aunque Wander Franco es pitcher zurdo, sus hijos Samuel, Alexander y Javier son derechos los tres e infielders (paracortos y tercera base). Completan la familia con Nicole Franco Aybar, la más pequeña del matrimonio, de 12 años de edad, a quien apasiona el modelaje.
Una familia unida
Tanto el padre como la madre de estos profesionales del béisbol, dan gracias a Dios por haberles premiado “con unos muchachos” educados, disciplinados, unidos, respetuosos. “Nos llevamos súper bien, somos como amigos”, afirma orgullosamente su padre.
Dice, con entusiasmo, que sus hijos, como hermanos son unidos, se buscan, se apoyan, se interesan el uno por el otro, siempre están en comunicación, preguntándose cómo van las cosas, se respetan, se dan ánimo, se aconsejan, “y cuando están aquí, siempre andan juntos para todas partes”.
Consejos
El padre de estos jóvenes peloteros, es de opinión que muchos hijos se descarrían por falta de apoyo, razón por la cual aconseja a los padres, que apoyen sus hijos, y recomienda, sobre todo, a los padres de peloteros, que siempre le tengan confianza a sus hijos, que los apoyen, que hablen con ellos, que compartan con ellos para que los conozcan bien y que vean que cuentan con ese apoyo tan importante.
Expresa, que muchas veces, cuando un muchacho joven consigue buen bono y los padres y la familia no les enseñan el respeto, la disciplina, el control, se descarrían. “Empiezan a encapricharse en cosas, en hacer cosas con este dinero sin tomar en cuenta el consejo ni el control de los padres, porque algunos padres al ver que este hijo es que trae el dinero a la casa, sienten que no deben llamarle la atención y los dejan hacer lo que sea”.
Aconseja que, aunque el hijo sea una estrella y el mayor proveedor en la casa, el padre siempre debe seguir siendo el padre, siempre tiene que tener el control de sus hijos y de lo que se vaya a hacer por el bien de estos y de su familia”.