DOS HECHOS QUE ENLUTAN AL LISTÍN

Dos miembros memorables de la familia del Listín han dejado de existir esta semana, creando vacíos difíciles de llenar en los corazones de sus familiares y de todos los que compartieron con ellos retos y satisfacciones en nuestra empresa. Ana Gisela Pellerano, hija menor de Arturo Pellerano Alfau, el fundador de este periódico, partió rumbo a la paz del Señor en los Estados Unidos, después de llevar una vida digna y ejemplar, consagrada a su familia y a brindar aportes a la correcta formación y educación de sus hijos y nietos. La señora Pellerano, enfermera de profesión, durante mucho tiempo laboró en beneficio de la pediatría. A finales de la dictadura de Trujillo, luchó junto a sus hermanos por la reaparición del decano de la prensa dominicana, y no cesó hasta lograrlo, en agosto de 1963. Justamente en ese año, Armando Almánzar comenzó a publicar en este diario sus artículos de cine, convirtiéndose con el paso del tiempo en una de las figuras fundamentales de la crítica y la literatura dominicana. Don Armando también acaba de fallecer en esta ciudad a causa de un paro respiratorio después de vencer una dura enfermedad que lo mantuvo alejado de sus funciones editoriales por espacio de un año. Nuestro crítico de cine y escritor premiado legó páginas que quedarán como modelo profesional de apreciación formativa para las nuevas generaciones de cinéfilos y amantes de la literatura. En este momento de doble dolor para nuestra empresa, para sus ejecutivos, redactores y empleados de Listín Diario, nos unimos al dolor de las familias de tan ilustres personalidades y les expresamos la más profunda solidaridad por estas duras e irreparables pérdidas. ¡Paz a sus restos!