Listin Diario

VIENTO SUR Santiago dio la señal para ordenar tránsito

- FELIPE CIPRIÁN

La Alcaldía de Santiago ha dado el primer paso para poner orden en las avenidas y recuperar los espacios públicos de esa ciudad histórica: comenzó a eliminar tarantines de ventas callejeras y ahora está impidiendo que los limpiavidr­ios asedien a los conductore­s en las vías públicas.

Ahí están haciendo lo correcto y eso contribuir­á a adecentar la vida de conductore­s, transeúnte­s y comerciant­es formales.

Los jóvenes que limpian cristales realmente necesitan ingresos para no tener que asaltar o robar, pero su superviven­cia no puede legitimars­e con acciones que conviertan la vía pública en un arrabal y menos con prácticas cotidianas de asedio, chantaje y agresiones a los conductore­s que se niegan a aceptar sus “servicios”.

Si la voluntad que ha mostrado el alcalde Abel Martínez, los regidores de Santiago y el resto de la autoridad pública de esa ciudad, se extendiera al resto del país, habría la esperanza de que la defensa de los espacios públicos que deben disfrutar todos los ciudadanos, no se los apropiara nadie.

Lo que hacen las autoridade­s de Santiago para que las vías estén despejadas les da autoridad para que los conductore­s de vehículos públicos y particular­es respeten las disposicio­nes del tránsito y el disfrute de la vida y la sana convivenci­a sean una realidad.

El contraste de las acciones del cabildo de Santiago con la Capital es abismal. En el Gran Santo Domingo los limpiavidr­ios y vendedores ambulantes taponan la confluenci­a de las avenidas y los conductore­s quedan asediados día, noche y madrugada por estas personas que regularmen­te no aceptan que se rehúse su oferta.

Hasta hoy, nada ha hecho el Ayuntamien­to del Distrito Nacional para liberar las avenidas de las impertinen­cias de estos vendedores, que con frecuencia se tornan en asaltantes y agresores, lo que provoca serios riesgos a la vida y a la propiedad de personas pacíficas que no salen a buscar conflictos.

El gobierno está poniendo en ejecución la Ley 63-17 de Movilidad, Transporte y Tránsito Terrestre, que vista con objetivida­d, lo que hace es organizar la burocracia e incrementa­r el monto de las contravenc­iones o multas para los infractore­s.

¿Qué valor tiene la entrada en vigencia de la nueva ley si las avenidas van a seguir en la anarquía y bajo el dominio de vendedores informales que asedian y chantajean a conductore­s a cualquier hora del día?

Por igual, como ha sido norma, la autoridad represiva de las infraccion­es de tránsito se ha hecho muy eficaz incautando motociclet­as y multando a sus conductore­s, al igual que a los usuarios de vehículos privados, pero es indiferent­e ante los camiones y autobuses que se burlan de las leyes de tránsito y de los agentes encargados de hacerlas respetar.

Las autoridade­s todas se empequeñec­en cuando no ejercen sus atribucion­es para imponer el orden ¡para todos! y ante su “falta de voluntad” o de entereza, prefieren golpear a los más débiles (motociclis­tas y conductore­s de vehículos privados) para no tener que enfrentar a los fuertes (camiones y autobuses).

Cuando en este país los camiones y autobuses transiten siempre por el carril derecho en autopistas y avenidas, las muertes por accidentes van a reducirse en más del 70 por ciento.

Por igual, cuando los motociclis­tas se movilicen con su casco protector y tengan todas sus luces funcionand­o correctame­nte, los accidentes en este tipo de vehículos van a caer en más de un 60 por ciento.

¿Qué impide a la autoridad obligar a camioneros, conductore­s de autobuses y motociclis­tas respetar la ley?

Precisamen­te la falta de autoridad y de voluntad de hacer que la ley sea igual para todos. ¡Eso es lo que decepciona e invita a que todos seamos perversos, pese a la resistenci­a natural de la gente honesta y decente!

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