David: Gascue te espera
Negar que el alcalde David Collado está trabajando duro en y por la capital sería una mezquindad. Los capitaleños de pura cepa, como quien esto escribe, que amamos la ciudad, nos sentimos más que satisfechos al observar el rescate de los cementerios, de numerosos barrios, del Mercado de Honduras y de otros lugares.
Sin embargo, un pedido tengo para David, tanto en mi nombre como en el de los residentes del sector: “Que vaya a Gascue”. Éste es un jardín urbano, lugar lleno de historia, donde nacieron hechos relevantes como la conspiración que concluyó con el gobierno del Triunvirato y sitio en el que se tramaron muchos episodios gloriosos de la Revolución Constitucionalista. Gascue es un sector residencial de clase media, en pocas partes comerciales, sus residentes son en su mayoría profesionales, gente de trabajo y propietarios de sus viviendas. Las calles de Gascue están llenas de hoyos, muchas de sus aceras están destruidas y las hierbas del paseo de las mismas han crecido hasta volverse arbustos. Casi todas sus vías están a oscuras; nos las alumbró Celso Marranzini cuando fue administrador de CDEEE. Ya esas lámparas se han quemado y de noche el sector está en penumbras en algunas partes y en tinieblas, en otras.
Gascue necesita con urgencia la intervención de AMET para que se organice el tránsito. Logramos hace tiempo y con gran trabajo, que casi todas sus calles fueran declaradas de una vía, y que en muchas se prohibiera el estacionamiento. Hoy nada se respeta, en la calle Manuel Rodríguez Objío todavía permanece el letrero que la concede graciosamente a la Embajada de Italia, decisión de la fatal pasada gestión, que también abatió graciosamente no pocos centenarios flamboyanes de la calle Dr. Delgado, para sembrar en su lugar las famosas palmas que tanto amó Roberto Salcedo.
Permanecen allí construcciones que irrespetaron linderos y desvalorizaron nuestras propiedades. La más emblemática es El Monstruo, monumento que representa el avasallamiento, que mandó a erigir la ex Primera Dama y que hoy ocupa su sucesora.
Necesitamos que las Edes, que nos cobran facturas super caras, no nos den los prolongados apagones a que nos está sometiendo y que la CAASD corrija numerosas fugas de agua.