Cine bélico de aquí y de allá
El cine bélico ha tenido varios momentos en la historia del arte de las imágenes en movimiento y, de igual manera, ha otorgado piezas imprescindibles como producciones desechables. En momentos en que los países que las han producido han necesitado levantar el espíritu nacionalista han llegado piezas como las producidas en Hollywood en las que los soldados estadounidenses eran invensibles. Filmes como “Los boinas verdes”, en la que el vaquero John Wayne dejaba el caballo por el Jeep, para poner en cintura a los rojos vietnamitas, para subir la autoestima de unos soldados que ganaban solo en la pantalla. Años después llegarían “Rambo” y Bradock (Sylvester Stallone y Chuck Norris, respectivamente) a hacer ganar a los gringos una guerra que habían perdido años atrás. Pero en oposición a ese cine existe otro, que plantea que el hombre es bueno y que los soldados que van a la guerra muchas veces no merecen lo que les toca vivir. Es el caso de “Feliz Navidad” (Joyeux Noël, de Christian Carion) en la que soldados alemanes, británicos y franceses durante la Primera Guerra Mundial, hacen un alto al fuego la noche de Navidad creando una empatía que mostraba que eran buenas personas en medio de un conflicto. Otros exploran sentimientos individuales más profundos, como “The Hurt Locker”, de Kathryn Bigelow, en la que el personaje principal, interpretado por Jeremy Renner, nada lo emociona más que desarmar bombas.