Reforma sanitaria
Hasta antes de nacer el muchacho, las familias buscan nombres sonoros para sus hijos. Lo mismo pasa con todo lo que lleva un sello distintivo. Recuerdo el revuelo causado por “La Tesis de la Dictadura con Respaldo Popular” de Juan Bosch. El modelo social, económico y político que, probablemente, nos hubiera zafado del subdesarrollo fue truncado, solamente, por una palabra que al ser mecanografiada se le dio un sentido erróneo.
La compañía norteamericana de impresoras Xerox, inventora de la fotocopiadora, tenía en sus centros de impresión un lema que decía: “Si quieres ser un buen copiador, trata de ser original”.
Donald Trump es auténtico hasta cuando copia. El lema principal del programa político de David Cameron era “British First” --los británicos primero--, y fue quien propuso el referéndum del Brexit. Aun así quedó como el símbolo unificador de Europa. Plagiando a Cameron, Trump juró que arreglaba su frase diciendo “America First”, USA -no los norteamericanos--, primero. Pero el mundo le cayó encima por divisionista. El “repeal and replace the Obamacare” --derogación y reemplazo del Obamacare--, fue una reacción hipócrita y revanchista de los congresistas republicanos porque no lo pudieron reventar en el 2010. Fuera de los círculos políticos de Washington, en ninguna otra parte se repetía la frase hasta que Donald Trump decidió articular e incorporar a su programa político. Si el proyecto no ha ido más lejos y más rápido es por culpa de sus mismos compañeros de partido con su mayoría en ambas cámaras legislativas. No se puede esperar que los demócratas ayuden.
Lo que conviene a USA
Aunque la prensa celebra que el Senado rechazó la derogación flaca, conque esté allí para debate y enmienda bipartidista es suficiente. Porque, mientras tanto, lo que procede ahora es determinar cuál es el sistema de salud que más conviene.
Los republicanos no tienen esa cultura. Los que más claras ideas tienen al respecto son los demócratas Hilary Clinton y Bernie Sanders, quien sensibilizó a los norteamericanos sobre la necesidad de aumentar la inversión social. Solo ellos han hablado de un sistema universal de salud pública. De hecho, entre los objetivos de las Naciones Unidas al 2030 está que para esa fecha todos sus miembros hayan adoptado esa modalidad sanitaria. Se trata de un régimen que permite el acceso a los servicios médicos sin trauma económico. Además, incluye mecanismos que garantizan la seguridad financiera de la población al retirarse, si por alguna razón no puede valerse por sí misma o no supera los límites establecidos de pobreza.
¿… Sistema propio de salud?
Trump ha dejado caer algunas capsulitas sobre las medicinas, pero no como parte integral de su reforma sanitaria, que se financia mediante impuestos pagados por todos. El Estado puede proporcionar el servicio a través de su propia red hospitalaria y centros ambulatorios. Es como un seguro social para todos, trabaje o no. Es similar al sistema que se usa en España y muchos otros países europeos.
La otra modalidad es la que llaman One Payer System --un solo pagador--. Es el que está vigente en Canadá y es la favorita. Se aplican los mismos tipos de impuestos, pero el Estado adquiere seguros médicos privados para la población y el servicio lo pueden ofertar centros sanitarios públicos y privados.
Hay otros muchos modelos que podrían sustituir el Obamacare tan cuestionado desde que el pasado presidente de los Estados Unidos lo hizo aprobar en el Congreso. Repito que en todo esto existe un soberbio pugilato donde confluyen los egos del poder y la personalidad de dos figuras que luchan para no dejarse tumbar el pulso: Obama y Trump…