Buscar el poder
En el Partido Reformista, y mientras Balaguer aspiró y mantuvo el control del poder y del partido que lideró hasta su muerte, a todo el que se propuso sucederle le fue mal o simplemente no pudo lograr el sueño de sentarse en la silla presidencial. Apenas dos de los que anduvieron en esos pasos, Augusto Lora y Jacinto Peynado, pudieron alcanzar la Vicepresidencia acompañándole en la boleta colorada, pero nada más. Víctor Gómez Bergés y Fernando Álvarez, aunque incidieron y se proyectaron en las gestiones reformistas desde distintas posiciones de importancia en las que el líder del PRSC los designara, lo cierto es que muchas veces el caudillo los mandó a desgracia política, y jamás les dejó puerta abierta para que cristalizaran sus aspiraciones superiores. Balaguer, que en la práctica se llevó su partido a la tumba, mientras respiró aspiró, y aunque en la postrimería le franqueó el camino al poder al PLD y a Leonel Fernández, internamente no dejó pasar a nadie. En cuanto al PLD, que a partir de los quebrantos de salud de Bosch se manejó con éxito bajo el esquema de dirección colegiada, las cosas han cambiado --y no para bien- , producto del desarrollo de un fuerte líderazgo que -con sus más y con sus menos, para no peligrar la unidad estratégica y perder el control del poder político del país- comparten Danilo Medina y el doctor Fernández. Al igual que ayer con Balaguer, hoy el peso fuerte de ese liderazgo dual en el PLD ha dificultado –y dificulta- el desarrollo y salto real de otros “presidenciables”, que de las meras aspiraciones no han podido pasar... Primero, porque al ser medidos, los números se han quedado muy cortos (sacando del conteo a Margarita, a quien lo que no le ha favorecido son las “circunstancias”, no los números) y, segundo, porque ninguna de las dos figuras principales los han auspiciado. Que es, casi seguro, a lo que habría aspirado Reinaldo, a quien una “equidistancia” no bien lograda, y una prolongada desconexión con la base partidaria, pese a ser el secretario general, le ayudan poco. Y no siendo “pupilo” de uno ni del otro, el hombre está por sacudirse e irse a la base, desde donde proclama en salida reciente, primero, que lo de los aprestos de reelección es “un invento”, algo que no está en agenda; y segundo, que hay que tirar al PLD a la calle a defender la obra de gobierno de Danilo y de Leonel (¿).