Los problemas de Ricardo Roselló
El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Roselló, recibió ayer el nombramiento de la Asociación de Gobernadores de Estados Unidos, en parte por todo su esfuerzo por sacar a la isla de la crisis económica en la que se encuentra.
Entre las funciones del organismo “figura representar a los estados ante el Gobierno federal, además de proveer un espacio para abordar temas de política pública”.
Dentro de las medidas tomadas por Estados Unidos, luego de que Puerto Rico se declarara incapaz de poder pagar la deuda, fue la creación de una Junta de Supervisión Fiscal (JSF), una organización federal, la cual se encarga de discutir las decisiones económicas que debe tomar Roselló y el gobierno en sí, para poder cumplir con las responsabilidades económicas. Ningún mandatario bajo tales circunstancias, y debe recordarse el caso de la España de Mariano Rajoy, puede pretender que su popularidad se mantendrá en alza (en el caso de Roselló, ganó la gobernación con un 41.76% del favor del electorado), bajo tal presión económica sobre el pueblo. Roselló ha enfrentado con valentía las decisiones de la comisión, aunque informes de prensa aseguran que las medidas tomadas por la Junta de Supervisión son previamente discutidas con el gobierno.
Como contrapeso, el gobernador decidió convertir en ley seis proyectos dirigidos a mejorar el acceso a los servicios de salud, dada la escasez de médicos, emigrantes en alta cifra. Además, se ha opuesto a la reducción de la jornada laboral de los funcionarios de dos días al mes, un ahorro de unos 218 millones de dólares para el gobierno. También ha enfrentado a la Federación de Maestros, opuestos a los recortes salariales y a la disolución del plan de retiro magisterial, dos medidas de la Junta de Supervisión Fiscal.
No se descarta que la violencia llegue a las calles, pero ningún déficit económico se resuelve sin el dolor correspondiente.