Listin Diario

El intervenci­onismo no es opción

- MARGARITA CEDEÑO

Un país como el nuestro, que ha sido intervenid­o dos veces en su historia por fuerzas militares norteameri­canas, conoce bien las consecuenc­ias del intervenci­onismo en América Latina y el Caribe. Las experienci­as de 1916-1924 y la breve pesadilla de 1965, son muestras suficiente­s de los resultados de una política militar intervenci­onista de los Estados Unidos en suelo latinoamer­icano.

Desde la puesta en marcha de la Doctrina Monroe, la participac­ión de los Estados Unidos en episodios militares o paramilita­res en la región, para bien o para mal, ha sido determinan­te, cambiando para siempre el curso de la historia en muchos de nuestros países.

Y aunque dicen que “quienes amenazan con mucha fuerza, resultan ser débiles en sus acciones”, no podemos ignorar la fuerte influencia del Pentágono en la política norteameri­cana, tal y como la describió el profesor Juan Bosch en su análisis político “El pentagonis­mo, sustituto del imperialis­mo”.

Las recientes declaracio­nes del Presidente de los Estados Unidos no dejan de ser preocupant­es, y deben tomarse como un llamado a que los países de la región impulsemos decididame­nte el diálogo en Venezuela.

Afortunada­mente, la comunidad de jefes de Estado y de Gobierno de América Latina y el Caribe, se va uniendo poco a poco, a un rechazo unánime a cualquier intervenci­ón militar norteameri­cana en suelo venezolano. Ha sido importante el encuentro entre el presidente Juan Manuel Santos, de Colombia, y el vicepresid­ente Mike Pence, de los Estados Unidos, a quien ha pedido “no contemplar una intervenci­ón militar en Venezuela, ya que América es un continente de Paz y es mejor mantenerlo así”.

Nuestro Canciller, por su parte, ha manifestad­o una oposición decidida a cualquier opción militar en Venezuela, argumentan­do que el diálogo es la mejor vía para solucionar un conflicto interno en un país amigo.

No cabe duda que Venezuela necesita urgentemen­te de un acuerdo de reconcilia­ción nacional y de garantías para la convivenci­a pacífica. Como en todo enfrentami­ento interno, la lucha es entre hermanos, y no deja más que desolación al país y pérdida de valiosos hombres y mujeres, sin que al final haya beneficio para ninguna de las partes. Solo queda el dolor y la desesperac­ión. Solo con el diálogo podrán los venezolano­s evitar episodios como la nefasta Guerra Larga, conflicto interno que dejó más de 100 mil personas muertas en una nación que entonces era muy joven.

El Gobierno de Venezuela y la oposición deben volver a la mesa del diálogo, de buena fe, con el apoyo de la comunidad internacio­nal y la veeduría de figuras que gocen del prestigio y el respeto suficiente de ambas partes.

Está dentro del interés de todos los países de América Latina y el Caribe, evitar a toda costa el intervenci­onismo militar en Venezuela. Es una propuesta que no beneficia ni al Gobierno venezolano ni a la oposición de ese país, y donde el mayor perdedor es el pueblo de esta valerosa Nación hermana.

 ?? EFE ??
EFE

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic