Buzos Rafey piden respaldo a Medina
Los recicladores que tenían varios días en peregrinaje desde Santiago, llegaron ayer en la mañana al Palacio Nacional y una comisión integrada por cinco de ellos entregó una solicitud dirigida al presidente Danilo Medina, para que interceda entre ellos y la Alcaldía de Santiago, que no les permite trabajar en el vertedero de Rafey.
David Rosario, quien es parte de los recicladores que duraron varios días de peregrinaje desde Santiago al Palacio Nacional, precisó que la alcaldía de Santiago no les ha brindado ninguna alternativa para trabajar, lo que provoca que ellos y sus familiares estén pasando hambre.
Expresó que el trabajo que han estado realizando ha sido muy importante y beneficioso para la sociedad en general, porque gracias a su labor de recuperación de residuos reciclables, han alargado la vida útil del vertedero, ahorrando espacio y evitando que miles de toneladas anuales de residuos contaminen esa ciudad.
“Con nuestro trabajo proveemos materiales como cartón, papel, vidrio, metales y plásticos a la industria del reciclaje, evitando de esa manera el consumo de materia prima virgen. Con este trabajo sostenemos nuestra familia, nos permite poder llevar comida a nuestras casas”, dijo.
Reveló que las ganancias como recicladores son rotativas, pero que en una semana llegaba a ganarse hasta RD$10,000, dinero que era utilizado para comprar la comida en su casa y pagar alquiler de la vivienda.
Maltratos
Rosario dijo que en esa ciudad han estado maltratando a los recicladores, por lo que pidió al Presidente buscar alguna alternativa.
“Para nosotros no ha sido fácil soportar el terror, maltrato y amenazas por reclamar lo que consideramos un derecho ganado, que es nuestro lugar de trabajo y nuestro importante aporte al reciclaje y la economía local de nuestro municipio. La Alcaldía nos sacó a la fuerza de nuestra área de trabajo y nos dejó en la calle sin destino”, precisó Rosario.
Dijo que son 267 familias que hacen los trabajos de reciclaje en el vertedero de Rafey y que laboran en ese lugar desde 1992.