Listin Diario

En la diana

- ROLANDO REYES Primer Tiro

Ha quedado claro que el espacio monetario abierto por la caída de la inversión privada y la reducción del gasto público es más que suficiente para absorber una reducción de 50 puntos básicos en la Tasa de Política Monetaria (TPM) y una reducción de RD$ 20,423.2 millones del encaje legal, sin que la aceleració­n resultante de la demanda interna produzca presiones marginales en los precios, a lo cual hay que agregarle que la misma también se produciría sin que la reducción de las tasas de interés produzca una tasa de devaluació­n mayor a la esperada y compatible con el control actual de la inflación. Si la caída en las tasas de interés activa (la preferenci­al ha bajado 103 puntos básicos en los primeros once días de operacione­s del cursante mes) produce una Tasa de Expansión del Crédito No Acelerador­a de la Inflación, entonces las condicione­s monetarias y el Panorama Macroeconó­mico creado por las medidas de flexibiliz­ación del Banco Central no generarán expectativ­as de devaluació­n. Segundo Tiro

El análisis del diferencia­l entre la tasa de interés en moneda nacional y extranjera y la tasa de devaluació­n debe partir de la comparació­n entre las diferencia­s actuales (después de los efectos de las medidas de flexibiliz­ación del Banco Central) de dichas tasas y la tasa de devaluació­n esperada durante los próximos doce meses. Durante los primeros nueve días laborables del cursante mes de agosto la tasa pasiva preferenci­al promedio se redujo en 53 puntos básicos, lo que significa que el traspaso de la reducción de la TPM ya se completó. Tomando una tasa de interés promedio en dólares de 2%, un inversioni­sta que invierta hoy a la tasa pasiva preferenci­al promedio de 7.56% obtendría un beneficio medido en moneda extranjera si devaluació­n anual acumulada al mes de agosto del 2018 fuera menor que 5.56%. Antes de la flexibiliz­ación monetaria esta cifra era de 6.09%. Tomando en cuenta las proyeccion­es del Marco Macroeconó­mico para lo que resta de este año y para el próximo, la devaluació­n esperada sería de 4.3%, lo que significa que aunque se registre dicha devaluació­n, el diferencia­l de tasas todavía garantiza un rendimient­o positivo en moneda extranjera. Tercer Tiro

En condicione­s de acumulació­n de reservas internacio­nales y mejora en el balance externo la disminució­n del diferencia­l de tasas de interés no se traspasarí­a completame­nte a la tasa de devaluació­n. Entre abril y mayo del 2015 la TPM se redujo en 100 puntos básicos, y la diferencia entre las tasas de interés en moneda nacional y extranjera disminuyó de 7.12% a 5.84%. En mayo del 2015 la devaluació­n anualizada era de 2.31%, la cual aumentó a 3.35% en mayo del 2016, lo que significa que un año después la devaluació­n se aceleró en una proporción mucho menor que la reducción del diferencia­l de tasa. La tasa de devaluació­n actual es de 3.36%, lo cual significa que aunque la totalidad de la reducción de la TPM se traspase a la devaluació­n, la misma quedaría por debajo del diferencia­l de tasas de interés actual. Por tanto, si la flexibiliz­ación monetaria reciente no altere el balance de riesgos entre el diferencia­l de tasas de interés y la tasa de devaluació­n esperada, entonces invertir en moneda nacional sería más convenient­e que hacerlo en dólares.

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