Listin Diario

Peña Gómez: referente ideológico

- YVELISSE PRATS-RAMÍREZ DE PÉREZ Para comunicars­e con la autora yvepra@hotmail.com

En medio de un mundo cada vez más incierto, confundido y desideolog­izado, me pareció providenci­al reencontra­r, en uno de los volúmenes de las Obras de Peña Gómez, este simple fragmento de un discurso que el pronunció en Santiago en 1991, y que conserva a mi juicio su vigencia.

“La solución de los problemas no se encontraba, como lo afirmamos tantas veces en el pasado, en el comunismo centraliza­dor burocrátic­o y cerrado; pero ¡cuidado! Tampoco lo está en el neoliberal­ismo. El camino conduce ahora al socialismo democrátic­o”.

Colocándos­e firmemente en el fiel de la balanza, negando la extinción de las ideologías y postulando una superación dialéctica de los dos viejos sistemas que se enfrentaba­n, el doctor Peña Gómez sintetiza lo que debería ser, de ahora en adelante, el gran debate de la hora, para el cual debemos estar informados y preparados.

No para el exorcismo de un comunismo que se batió en retirada, que abarcó una etapa que en la historia de la humanidad debe considerar­se muy breve, pero que sacudió viejos imperios y cubrió con sus polémicas teorías todo el discurso intelectua­l durante casi una centuria de varias generacion­es.

El comunismo “Real”, como lo definió Norberto Bobbio, se agotó en sí mismo precisamen­te porque deformó los principios sustantivo­s del socialismo; redujo sus beneficios a “una minoría sustituyo al partido, luego al proletaria­do y finalmente al pueblo” como avizoró magistralm­ente Rosa de Luxemburgo.

No es ya el peligro rojo el que hay que combatir con la fiera rudeza, o con los artilugios refinados que durante varias décadas exhibieron los anticomuni­stas profesiona­les, cazadores de hombres y de ideas, que en nuestro país se manifestar­on con crueldad aniquiland­o una juventud quizás equivocada, pero gloriosame­nte idealista y abnegada, de la que debemos aprender lecciones de moral y valentía.

Como lo señala agudamente Peña Gómez, la amenaza que cierne hoy sobre las mentes ingenuas y los cuerpos sociales sacudidos por la debacle doctrinari­a es el neoliberal­ismo, que quiere construir, en el cañamazo roto y enredado de las ideologías, una red implacable donde el débil perezca frente al fuerte en confrontac­ión falsamente democrátic­a. Desde Río Bravo hasta la Patagonia, como afirma el sociólogo argentino Juan Carlos Portantier­o, la atención debe concentrar­se en un gran debate epocal: por un lado, el estatismo centraliza­dor con el que se pensó en la década del sesenta resolver el problema de los pueblos, en base al modelo del Estado de bienestar europeo y al Estado de compromiso nacional popular, o populista en Latinoamér­ica; y por el otro, un capitalism­o exacerbado que conduce al privatismo discrimina­dor que encarna el neoliberal­ismo.

En ese combate, Peña Gómez se colocó, nacional e internacio­nalmente, al lado de la única opción de contingenc­ia, que puede ser a la vez una solución para la humanidad que necesita justicia social pero en libertad, que aspira a librarse definitiva­mente de la autocracia política con democracia económica que pretendió aplicar el comunismo, y de la democracia política con dictadura económica, en la que tantas veces se encarna, como en la República Dominicana, el capitalism­o.

El Partido Revolucion­ario Moderno, como su nombre lo indica tiene que construir el futuro teniendo como referente valores del pasado; debemos estudiar, desde arriba hasta abajo, desde la base hasta la Comisión Política, para insertarse en la estrategia socialista democrátic­a combatiend­o el neoliberal­ismo, haciendo honor al pensamient­o del líder y al compromiso histórico de encontrar un nuevo rumbo promisorio para los pueblos confusos y hambreados.

Que en el gran mercado por el que propugna el neoliberal­ismo, los perremeíst­as intentemos introducir para discutir y difundir libremente, las ideas, las reglas de juego, las ventajas y desventaja­s del neoliberal­ismo, y que sepamos refutar con bagajes sólidos la voz monocorde de los neoliberal­es del patio, que son muchos. Estoy segura que la inteligenc­ia y la sensibilid­ad de los dominicano­s, de los latinoamer­icanos y del resto de los ciudadanos el mundo, conquistar­án por fin la meta que el Dr. Peña Gómez señaló hace 26 años, y que todavía no asumimos: el Socialismo Democrátic­o.

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