¿Otoplastía o cirugía de orejas?
La otoplastía, o como también se conoce, cirugía de orejas, es un procedimiento que conlleva la reestructuración del pabellón auricular; donde las deformidades de esta parte del cuerpo pueden presentarse desde una proyección muy notable hasta la ausencia total de la oreja. La intervención de este tipo más frecuente es la operación de orejas despegadas (separadas, prominentes, de soplillo, en asa). En los métodos tradicionales se realiza una incisión detrás de la oreja para exponer y remodelar el cartílago. Hoy en día existen nuevas técnicas para la Otoplastía sin incisiones y simplemente se utilizan suturas permanentes que se colocan detrás la oreja bajo la piel para ayudar a mantener la nueva forma de la oreja en su lugar.
Este procedimiento quirúrgico no mejora la audición del paciente, ya que el oído no es intervenido, pero sí realza la belleza y eleva la autoestima.
El postoperatorio de la otoplastía
La recuperación de este procedimiento es sumamente rápida, su cirujano plástico debe explicar detalladamente cómo tratar la zona, y aunque puede resultar un poco incómodo al principio el hecho de llevar esta zona vendada, la finalidad es protegerla de agentes externos, y que la recuperación sea mejor. Respecto a los cuidados higiénicos que tiene que llevar a cabo, con el fin de mantener la zona desinfectada. Tras pasar los primeros 2 o 3 días, se retirará el vendaje permanente y se utilizará uno específico para la noche, que es mucho más cómodo y discreto para el paciente. La hinchazón y los dolores de cabeza, son síntomas habituales, sobre todo el primero, e irán remitiendo con el paso de las semanas. Mientras que la reincorporación laboral o escolar se produce al cabo de una semana, los resultados definitivos se podrán comprobar pasadas 3 o 4 semanas, cuando la hinchazón haya desaparecido, y su forma y tamaño sea el obtenido tras la cirugía.