Plinio, el crítico que sabe hacernos pensar
Para cantar, basta mínimo el aire. Sin embargo, para escribir crítica, no basta solo la intuición. Plinio Chahín lo sabe y por eso ha pasado su vida leyendo, estudiando y consultando la más variada bibliografía. Hoy por hoy, su criterio es sabio y competente. Puede decir las cosas no necesariamente por apodos o alabanzas gratuitas, sino a través de símbolos y enramadas metacognitivas. Esto le permite iluminar su discurso, abrir una puerta hacia la lucidez de su pensamiento y allí demostrar que el ejercicio del criterio, puede trascender también como literatura. Y no como cualquier literatura.
Su pensamiento no es mordaz, ni lúdico, sino preciso. Sabe criticar con palabras incapaces de zaherir. No por ello deja de ser fuerte y objetivo. Siempre encuentra el sustantivo adecuado, la frase acogedora y la visión totalizante para imponer a cada texto el implacable sentido de su voz y la severidad de su mirada. A veces con una palabra, otras con una frase, en apariencias dóciles y etéreas, puede definir mejor que en un ensayo, la personalidad de un autor o la suerte de un libro.
En otras, en cambio, aparece intelectual agudo, el conocedor a fondo de la materia referida. Gracias a esa virtud nos regala páginas inolvidables que además de estar recogidas en su más reciente libro, “Pensar las formas” (Editora Búho, 2017) fueron publicadas originalmente en periódicos, revistas y otros medios impresos.
¿Especulador? Dijo Pessoa que el poeta en un fingidor. Un individuo desdoblado entre el desamparo de la cotidianidad y la especulación filosófica. Pienso que amén estas digresiones, Plinio Chahín es un escritor con un exquisito sentido del gusto y con el coraje suficiente como para llamar las cosas por su nombre. Porque sabe “Pensar las formas”.