(( Reino Unido Broma sobre nueva moneda gana festival de la comedia
Una joven rusa se encadenó a una estatua de Lenin en el centro de Novosibirsk, Siberia, en pijama y con una cinta en la boca, para protestar contra una Rusia “durmiente”.
“El pijama simboliza la Rusia durmiente, la boca cerrada es la censura, y las cadenas, una situación sin salida”, declaró Ksenia Sujorukij, de 28 años. Portaba una bandera de Rusia y exhibía pancartas en las que se leía “Me muero”, “Policía”, “Miedo”, “Corrupción” y “Censura”.
Una broma sobre la nueva moneda de una libra esterlina, graciosa por recurrir a un juego de palabras, fue elegida la más chistosa de las presentadas en el festival independiente Fringe de Edimburgo (Escocia).
El ganador, el cómico chino Ken Cheng, se hizo con el público después de hacer la broma sobre el nuevo diseño de la divisa británica que ya está circulando en el Reino Unido y que sustituirá a la actual a partir de octubre.
“I’m not a fan of the new pound coin, but then again, I hate all change” (“No soy fan de la nueva moneda, pero claro, odio todo cambio”), fue el chiste ganador de Cheng, quien obtuvo un gran apoyo entre el público que votó.
Cheng, que estudió matemáticas en la Universidad de Cambridge antes de dejar sus estudios para hacerse jugador profesional de póquer en línea, quiso demostrar que hasta con el dinero se pueden hacer bromas, y así consiguió que la audiencia y el jurado lo proclamasen ganador frente a otros 15 chistes que también estaban entre los favoritos.
El cómico señaló que se le ocurrió la broma cuando el Gobierno decidió emitir un nuevo diseño de la libra y que, aunque no esperaba ganar, estaba “muy orgulloso” de haberlo conseguido.
La nueva libra tiene elementos secretos de seguridad que dificultan su falsificación y cuenta con 12 lados en su circunferencia.
El segundo puesto fue para un chiste del cómico Frankie Boyle sobre el presidente de EE.UU., Donald Trump, que le hizo la competencia hasta el último momento.
“Trump’s nothing like Hitler. There’s no way he could write a book” (“Trump no tiene nada que ver con Hitler. No hay manera de que pueda escribir un libro”), también rompió las carcajadas del público. Los porteros de un bar de la ciudad australiana de Brisbane negaron la entrada al príncipe heredero Federico de Dinamarca por no presentar un documento de identidad como obliga la ley, informaron medios locales.
Las leyes de control de venta de alcohol del estado de Queensland, cuya capital es Brisbane, obliga a los bares que atienden al público después de la medianoche a escanear los documentos de identidad de los clientes a partir de las 22.00 horas.
“El príncipe heredero se presentó y estaba acompañado de la unidad de protección de dignatarios, pero ellos estaban vestidos de civiles”, relató el copropietario del bar Jade Buddha, Phillip Hogan, a la cadena ABC.
Los agentes no permitieron que se revisara la identificación del príncipe y al mismo tiempo no revelaron su identidad, agregó Hogan, que señaló que el heredero de la corona danesa regresó minutos después y pudo acceder al local. Esto ocurrió tras una búsqueda en Internet, una llamada para consultar con las autoridades a cargo de licencias de venta de bebidas alcohólicas para hacer una excepción y la confirmación de que los acompañantes eran agentes de paisano. La fiscal general de Queensland, Yvette D’Ath, dijo a ABC que el príncipe ni su unidad de protección presentó alguna queja y “no se ha causado un incidente diplomático”.
El príncipe Federico, marido de la princesa María (Mary Donaldson), de nacionalidad australiana, se encuentra en Brisbane para asistir a una regata en la isla Hamilton. Federico es el primer hijo de la reina Margarita II de Dinamarca.