LA MAGIA DEL MNU ¿CÓMO CAMBIÓ TU VIDA?
(+) El Modelo de Naciones Unidas (MNU) ha sido para cientos de jóvenes el punto de partida para crecer como ciudadanos responsables, cultos, sensibles y empoderados ante los problemas que afectan al mundo.
Ya sea por recomendaciones, sugerencias, anécdotas de personas que vivieron la experiencia o seleccionados por sus maestros, cada vez más jóvenes se suman a ser partícipes del Modelo de las Naciones Unidas, conocido como una simulación del sistema de Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el que participan estudiantes de secundaria o universitarios.
El Modelo de las Naciones Unidas empezó a implementarse en el país en 2001, por entidades privadas, con un costo de participación. Tres años después el Ministerio de Educación realizó un convenio con la Asociación Dominicana de las Naciones Unidas (ANU-RD), en el que se lleva a cabo esta gestión de forma gratuita.
Ambos integran y preparan a los jóvenes estudiantes, sin exclusión, en un espacio de discusión sobre problemáticas que afectan a la población mundial.
Actitud de servicio, ganas de aprender y colaborar con la comunidad internacional, son las características esenciales para aquellos jóvenes que deseen formar parte del modelo, sin importar la carrera que estén cursando, según Claudia Taboada, gerente general de la ANU-RD.
En el transcurso de la preparación, los jóvenes aprenden oratoria y redacción, se relacionan con otras culturas y desarrollan técnicas de negociación, investigación y análisis.
Pilar Sandoval, quien trabajó durante 10 años como directora ejecutiva de la ANU-RD, considera que los aportes que tiene el modelo son tanto a nivel personal como profesional, además de ser validado por las universidades nacionales e internacionales como una buena herramienta educativa.
La magia y el cambio
Más allá de ser un simulacro y recurso para que los jóvenes presenten posibles soluciones a problemáticas de trascendencia mundial y potenciar su participación en foros de debate real y en procesos de tomas de decisiones, el modelo busca servir de escenario para llevar cambios positivos a la vida de los estudiantes.
La transformación o “magia” como le denomina Sandoval al resultado del MNU, empieza a notarse en el momento en que los jóvenes descubren sus propios talentos, vocación de servicio y actitud ante la vida. Después del evento, regresan a sus casas con una óptica diferente, un mayor respeto, cambio de mentalidad y se vuelven más valorativos. “En su interior se produce un cambio que se refleja en su comportamiento”.
Los jóvenes exhortan a que todo el que tenga el interés por descubrir nuevos horizontes, conocer las problemáticas que padecen los países, plantear posibles soluciones, extender su cultura, crecer como ciudadanos responsables y cultos, participen del MNU, que como objetivo esencial promueve el respeto, la igualdad de género y la paz entre las naciones.
Describir la experiencia de un grupo de jóvenes en una frase sería limitar su historia. Sin embargo, todos coinciden en que lo vivido ha sido inigualable, enriquecedor, productivo e impactante. Y es en el antes y el después donde se encuentra la magia del Modelo de las Naciones Unidas.