De triples y jonrones
Al disparar el pasado miércoles Charlie Blackmon su trigésimo jonrón del año, consiguió una combinación de por lo menos diez triples y treinta cuadrangulares que no se alcanzaba desde el 2011 cuando Curtis Granderson, entonces con los Yanquis, conectó diez triples y 41 cuadrangulares. El jardinero central de los Rockies acumula además catorce batazos de triple mérito. A pesar de lo altamente favorable para la ofensiva que ha sido desde su inauguración en 1995 el estadio que les sirve de sede a los Rockies, el Coors Field de Denver, es la primera vez en la historia de 25 años de la franquicia que uno de sus bateadores logra estas cifras.
Para lograr esta composición se necesita dominar plenamente dos habilidades básicas; poder y velocidad. No hay que explicar que para conectar treinta jonrones se precisa el poderío y la consistencia suficiente, durante toda una temporada, para que la conexión envíe la bola por encima de la valla, pero para conseguir muchos batazos de tres bases se debe generar, además, la velocidad que permita al bateador corredor llegar a la antesala después de lograr internar la bola en los confines de los jardines, fruto también de un contacto potente del bate con la pelota. Muchos bateadores veloces no alcanzan muchos triples por carecer de la fuerza para enviar la bola a lejanas distancias y otros de poder no los consiguen por no tener la velocidad suficiente.
La contribución que a la ofensiva un jugador con las destrezas que permiten este tipo de hazaña hace, vale más que la de las treinta bases robadas y los treinta jonrones. Un hombre que dispara diez triples y treinta jonrones avanza, con estos resultados, 150 bases, la misma cantidad que el que logra el 30-30, la diferencia estriba que con un batazo de triple mérito se pueden empujar los compañeros que eventualmente se encuentren esperando remolque.
Atletas con estas características fueron comunes en el béisbol de grandes ligas en la primera mitad del siglo pasado. En 45 ocasiones entre 1921 y 1950 se alcanzó la hazaña, en ese primer año Babe Ruth fue el primero en concretarla con 16-59; Lou Gehrig la alcanzó seis veces en ese periodo y Joe DiMaggio cinco. A partir de 1951 se ha reducido a 22 los que la definieron, incluyendo que en este siglo XXI apenas tres la han logrado. En el 2000 Vladimir Guerrero se convirtió en el primer y hasta ahora único dominicano miembro de este círculo, cuando disparó once triples y 44 jonrones. Jimmy Rollins en 2007 logró 20-30 y en el 2011 Granderson consiguió las ya indicadas cifras. Un compañero de Blackmon con los Rockies, el estelar antesalista Nolan Arenado, es también candidato a concretar el hecho. Ha acumulado a este momento 29 cuadrangulares y siete triples, no genera dudas que las cantidades que le faltan son fácilmente alcanzables para un bateador de sus características, aún cuando esos siete triples son la máxima cifra que hasta ahora ha logrado en su aún corta carrera. La última vez que en una misma campaña dos jugadores consiguieron esta proeza fue en 1977. Mike Schmidt con los Filis tuvo once conexiones de tres bases y 39 de cuatro y Jim Rice con los Medias Rojas logró 15-39. Este, fue el último en repetirla: además del señalado año reiteró al siguiente con 15-46.
PICADERA
Adrián González se convirtió en el primer jugador de origen mexicano que alcanza los dos mil hits en Grandes Ligas y el latino número 48 con esa cifra... Entre los hispanos activos a González le siguen Johnny Peralta con 1,761 hits, Hanley Ramírez 1,759 y Melky Cabrera 1,754, cosa que indica que por ahora no arribará otro a esa cantidad...Este año, además del mexicano la alcanzaron José Reyes (2,057) y Víctor Martínez (2,033)...El panameño Rod Carew es el latino con el mejor promedio de bateo vitalicio con .328...Robinson Canó necesita tres jonrones para ser el trigésimo segundo hispano y decimo quinto dominicano con trescientos jonrones.