Listin Diario

“Te hice mexicano”

- YOEL ADAMES F. Para comunicars­e con el autor yoel.adames@listindiar­io.com

Decir que Conor McGregor habla mas que Floyd Mayweather Jr. muchos pensarán que soy exagerado, otros que el irlandés me cae mal o sencillame­nte no lo creerían. Luego de la paliza, le dijo a su verdugo: “Te hice mexicano”, aludiendo la forma decisiva del moreno para aporrearlo.

El invento de cruzar deportes no es un mango y si lo parece tiene un sabor amargo que mientras mas caro se venda es peor y eso fue lo que ocurrió el sábado en Las Vegas, y lo que me obligó a que pedirle permiso a mis amigos lectores para no meter la cuchara en un “sancocho prieto” que nadie sabía a ciencia cierta que tenía abajo… por arriba solo se veía el morbo del dinero y dos hombres hablando plepa como si estuvieran conectados a una fuente de alto voltaje.

La historia estaba ahí, los inventos anteriores no dejaron resultados positivos, y si igual al enfrentami­ento del sábado entre Floyd Mayweather Jr. contra Conor McGregor, en un desafío de boxeo, no de MMA, o del boxeo y sus reglas contra un representa­nte de otro deporte, no es menos cierto que el resultado es el mismo: fiasco y desacierto, y mucho “cuarto” para los organizado­res.

Con Muhammad Alí empezó el gran negocio cuando fue a Japón a medirse al legendario luchador, sí, de lucha libre, Antonio Inoki, en 1976. El “Bocón de Louisville” hizo todo por lucirse como acostumbra­ba en todo, pero el luchador se tiraba al piso y desde ahí le pateaba las piernas y trataba de amarrarlo… La transmisió­n mundial desde Japón solo decepcionó a los seguidores del boxeo y Alí no solo perdió la pelea a 15 rounds (la cual empataron para salvar su honor) sino que estuvo a punto de perder su carrera, teniendo que posponer su aparición al ring para reponer sus piernas. Al año siguiente, 1977, el rey de la lucha japonesa se burló del contendor Chuck Wepner, otro ex rival de Alí.

Inoki era un símbolo de gallardía entre los atletas japoneses, y aunque se dedicaba al arte de entretener con lo que mas se parece a un deporte (la lucha libre), era capaz de enfrentar a grandes figuras de cualquier otra disciplina que deseara subir al ring, de esta manera destruyó al campeón europeo de la categoría completo Karl Mildenberg­er, el hombre que derribó a Alí; pero el pateador y saltón gladiador nipón a patadas y llaves lo humilló en solo 1 minuto y 15 segundos, en noviembre de 1978. Aun un poco mas viejo, el señor Inoki que había aceptado pelear con guantes, se los quitó y agarró al ex titular mundial de los pesos pesados, Leon Spinks, y lo puso a pedir “cacao” en 8 rondas, le dio una pela en octubre de 1986.

ANTECEDENT­ES:

Grandes campeones del mundo, como Jack Dempesy y Joe Louis hicieron lucha libre, pero los fracasos de los exigidos combates de Ali versus el rey del Kung Fu, Bruce Lee; y luego frente al campeón olímpico de boxeo, el cubano Teófilo Stevenson, a nadie se le había ocurrido traer de nuevo estos tristes espectácul­os, salvo disparates relampague­antes solo para la TV como Mayweather Jr. noqueando al ‘Big Show’ en la WWE; Oscar de la Hoya derrotando a Shaquille O´Neal en una pelea de mentira y de pocos rounds; Mike Tyson puso a dormir a Stone Cold; mientras que los chicos malos de la NBA, Dennis Rodman y Karl Malone se miden, pero el primero en pareja con Diamond Dallas Page, y el segundo en pareja con Hulk Hogan; y el casi indigente ex campeón del mundo de los máximos pesos, Riddick Bowe, en una “hoya” tiznada y espantosa, se fue en junio de 2013 a Tailandia, donde fue avasallado por el gladiador Levgen Golovin en una batalla de Muay Thai.

DE REGRESO:

De esta manera fue que maduró finalmente la idea de producir cientos de millones de dólares entre Mayweather Jr. y el señor McGregor, dos bocinas incansable­s, que no necesitaba­n análisis (por eso no lo hice) porque no había que ser un experto en boxeo para saber que se trataba de un atraco, por lo menos, no a mano armada, porque nadie estaba obligado a pagar tan caro por algo malo.

LO MEJOR:

Si algo pudo contener un poco al público fue que Mayweather Jr. aprendió que en su otro gran negocio ante Manny Pacquiao, que también atracó a los fanáticos con un rival con una supuesta lesión y que ambos quedaron sin un rasguño tras 12 rounds; Pacquiao se llevó mas de cien millones, “Money” cargó con un saco con cerca de 300… Hoy día, Mayweather con dos años de retiro y sin reflejos ni cuerpo cortado, al parecer le dijo a su amigo McGregor, “tenemos que ganarnos estos cuartos, ¡ganao!, hay que pelear duro”.

Al menos se fajaron como en la calle, pero en Las Vegas, McGregor con un estilo de gallo loco, nada sabe de boxeo, y eso lo sabíamos; Mayweather, ya sin su grandeza, agarrado solo a lo que nunca perderá: su inteligenc­ia: Lo toreó, se le detuvo para que lanzara todo y lo fue subiendo hasta superar el quinto asalto, que es lo mas lejos que pelean en la UFC, lo engañó… El plan fue perfecto, el irlandés, con la lengua de corbata, cansado y con la guardia abajo, como un pollo gringo ante uno de traba, solo le llevaba libras, pero cogió una paliza tan dura del sexto asalto al décimo, que es muy posible que los golpes recibidos pasen factura de alto precio cuando vuelva a la jaula de la UFC, donde tampoco será respetado en lo adelante como la figura No1.

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