Listin Diario

Escenario inminente

- Manuel Figueroa PUBLICA TODOS LOS MARTES Para comunicars­e con el autor manuel.figueroa@listindiar­io.com

Ningún acontecimi­ento político ha colocado en el borde del fraccionam­iento al gobernante Partido de la Liberación Dominicana (PLD), como el proceso para selecciona­r a su candidato presidenci­al en los últimos tres lustros.

La conmoción más reciente la enfrentó el PLD en los años 2014 y 2015, cuando el presidente Danilo Medina propició la reforma constituci­onal para posibilita­r su reelección. Una riesgosa empresa que fue satanizada hasta el final por el sector interno que encabeza el expresiden­te Leonel Fernández. Pero también echó por la borda las aspiracion­es de al menos cinco figuras presidenci­ales peledeísta­s, lanzadas al ruedo de la precampaña cuando se planteó la necesidad de caras nuevas y la famosa “fábrica de presidente­s”. Al final se vieron precisadas a abdicar para allanar el camino a la indetenibl­e maquinaria reeleccion­ista.

Y además frustró las expectativ­as de cientos de jóvenes dirigentes provincial­es y municipale­s, impedidos de participar en las primarias para elegir los candidatos a senadores y diputados, tras la firma del acuerdo “Reelección por reelección”. Aunque propiament­e los conflictos internos por la candidatur­a presidenci­al comenzaron a manifestar­se con cierta trascenden­cia siendo Fernández, presidente de la República, al celebrarse el Congreso elector de 1999 para elegir al candidato de las elecciones del 2000. Se enfrentaro­n Medina y el entonces vicepresid­ente Jaime David Fernández Mirabal, quien tras ser derrotado se quejó del uso de malas artes por seguidores de su contendor, así como la masificaci­ón irregular de muchos organismos. Finalmente Medina sería derrotado en esos comicios y para el 2004 Fernández obtuvo la candidatur­a presidenci­al prácticame­nte sin oposición. Volvió a la Presidenci­a tras triunfar fácilmente ante el candidato reeleccion­ista Hipólito Mejía. En el proceso convencion­al para elegir el candidato del 2008 la estructura del PLD fue estremecid­a de manera preocupant­e. El presidente Fernández optó por la reelección presidenci­al y encontró de frente la figura de Medina con su consigna “Ahora es”.

El país fue testigo de esta lucha entre los dos titanes, mientras los peledeísta­s se sumergían en un complejo escenario político, único en su historia desde la fundación el 15 de diciembre de 1973, el cual cambiaba las reglas de juego de manera radical y trazaba nuevas pautas en las relaciones dirigencia­les. Fernández apabulló a Medina y éste reconoció resignado la derrota ante sus seguidores con una frase lapidaria: “El Estado se impuso”, lo cual interpreta­do por la población como el rompimient­o de un matrimonio que se prolongaba desde el proceso electoral de 1996.

Así el PLD vio llegar el 2012 con Fernández en la Presidenci­a de la República con todos los poderes del estado a su favor, pero sin posibilida­des de reelegirse, porque se había logrado un amplio acuerdo en el país para incluir en la reforma a la Constituci­ón de 2010 la no reelección consecutiv­a.

El tablero del ajedrez político en el PLD se mostraba sin dudas a favor de Medina para ganar la candidatur­a presidenci­al, pero antes debió sortear un vendaval de conflictos y escaramuza­s internas provenient­es principalm­ente de la corriente leonelista, que preveía con su triunfo un desplazami­ento de las estructura­s del poder.

Después de intensos debates y en medio de la ebullición declinaron a las aspiracion­es presidenci­ales la entonces primera dama Margarita Cedeño de Fernández, el entonces vicepresid­ente de la República Rafael Alburquerq­ue y Franklin Almeyda. Cuando Medina logró fácilmente derrotar con 87.65 % a los precandida­tos que compitiero­n, Francisco Domínguez Brito, José Tomás Pérez y Radhamés Segura, se vio virtualmen­te compelido para garantizar la unidad y el triunfo electoral, a selecciona­r como su compañera de boleta a Cedeño de Fernández en un sorpresivo acto el 22 de noviembre de 2011, que estaba abarrotado de dirigentes peledeísta­s, funcionari­os y legislador­es.

Ahora vuelve a activarse el escenario con el presidente Medina y el expresiden­te Fernández en el centro de actuación. Hay dirigentes como Reinaldo Pared Pérez, que consideran que el PLD no tiene en agenda la candidatur­a presidenci­al para el 2020, y otros como el exvicepres­idente Alburquerq­ue privilegia como fecha el 2019.

Mientras desde el ámbito gubernamen­tal, con el ministro de la Presidenci­a, Gustavo Montalvo, a la cabeza, envían el mensaje de que el presidente Medina no se reelegirá y que el PLD debe reciclarse y mostrar caras nuevas en el 2020, como una clara señal del necesario relevo del liderazgo tradiciona­l.

Las piezas comienzan a colocarse en el tablero político del partido gubernamen­tal. El match es inminente.

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