UN MOMENTO Un día ya no estaré

Qué importante es esa expresión, cuántas veces nosotros mismos, sobre todo en los años de la juventud, nos negamos a aceptar que un día uno no estará; dichoso aquel que dice, “un día voy a morir”, porque sabe que su vida tiene término.

El que dice, “un día voy a morir”, eso le ayuda a ver su vida misma, a dirigir su vida de una manera; para qué tener yo tantas riquezas, para qué amontonar riquezas, muchas de ellas ilícitas, fruto de la corrupción.

Un día voy a morir, y cuando uno piensa así, no se siente el dios del mundo ni el cacique; los dictadores piensan que nunca van a morir.

Un día voy a dejar el poder, cuántos suben al poder y creen que van estar ahí toda la vida, abusan y piensan que no terminarán; un día voy a terminar, un día yo no estaré, un día voy a morir.

Esa lectura de la vida ayuda tanto a orientar la propia vida, a aprovechar los pocos años que pasemos aquí, aunque pasemos muchísimos años, siempre serán pocos y reducidos.

Dichoso aquel que en su vida dice, “un día yo no estaré”, dichoso aquel que piensa, “yo no soy necesario”, nadie es necesario, cuando yo me vaya, otro va a ocupar mi tarea, dichoso aquel que con humildad acepta los límites de su vida y de sus años.

Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.