¡Sácale provecho a los desperdicios en la cocina!
(+) Durante un taller sobre el tema, líderes comunitarios que participaron en él aprendieron novedosas técnicas para reutilizar alimentos descartados.
Un claro ejemplo del impacto de esta iniciativa es María Clara Brito, una jovencísima chef que se formó en Gastromotiva y hoy forma parte de su ‘staff’. Ella fue una de las cocineras que participó en el seminario sobre ‘Innovación Social a partir de la Gestión de Pérdidas y Desperdicios de Alimentos’, organizado recientemente por la FAO en el país.
En este taller, líderes comunitarios de barrios cercanos al Merca Santo Domingo y miembros del Comité Nacional de Prevención de Pérdidas y Desperdicios de Alimentos aprendieron novedosas técnicas para reutilizar alimentos descartados en este mercado, como fue el guisado brasileño vegetariano, ensalada ahumada con vinagreta de cereza, compota de chinola y crumble o pastel de naranja.
La chef dominicana Inés Páez -Chef Tita- fue otra de las cocineras comprometidas con esta iniciativa, quien aportó sus conocimientos de la cocina criolla para la creación de novedosos platos a partir de excedentes: “Podemos mejorar la alimentación de las comunidades con recetas sencillas y fáciles que la gente puede hacer en sus casas sin complicaciones, utilizando productos que generalmente uno desecha pero que son reutilizables. La idea es que no se bote nada¨, afirma la chef.
Técnicas para aprovechar los alimentos
Para aprovechar los alimentos hay cinco procesos básicos: Picar, congelar, deshidratar y elaborar salsas o mermeladas, instruye Agnes Alencar de Castro, instructora de Gastromotiva. “Si tienes una gran cantidad de papas no la cocines y la congeles toda, mejor congela las papas majadas que puedes comer de nuevo luego de descongelar”.
Agnes desmonta el mito de que comer saludable resulta más caro o complicado: “Comer saludable no es más caro ni más complicado. Se trata de incorporar pequeños cambios en nuestra dieta diaria: disminuir la cantidad de azúcar y de sal, hornear o hervir en vez de freír los alimentos”.
El caldo de vegetales, por ejemplo, se puede comprar hecho en el mercado, pero si se guardan y congelan las partes de los vegetales que no se utilizan como las cáscaras o las cabezas de las zanahorias o de las berenjenas, cuando necesites un caldo solo debemos descongelarlas y hacer el caldo. “Quizás no es tan sofisticado, pero es un caldo, a fin de cuentas, que además está libre de sodio y de otros ingredientes que no son saludables”, apunta la especialista.