CARDIOLOGÍA PARA TODOS Verano y calor
La mayoría celebramos el verano, entre otras cosas porque lo asociamos con el merecido descanso vacacional. “Verano” es pensar en playa, disfrute y relax, pero también frente a estas altas temperaturas hay que ponerse en guardia.
El calor intenso, como el que se está presentando en esta época, provoca un aumento de las enfermedades cardiovasculares, primera causa de muerte en nuestro país, siendo los grupos más vulnerables las personas de mayor edad, los discapacitados, los pacientes con una enfermedad preexistente y los niños, ya que son las más propensas a sufrir una deshidratación.
La mayoría de las enfermedades asociadas al calor (con excepción de las erupciones y los calambres) son en el fondo consecuencia más o menos grave de un fallo en el sistema de termorregulación corporal. Se plantea que la trombosis coronaria y cerebral parece guardar relación con la pérdida de agua y sal en entorno caluroso, lo que da lugar a una mayor concentración de la sangre y al aumento trombogénico de la viscosidad de las plaquetas y los glóbulos rojos. Las principales causas de mortalidad durante las olas de calor se relacionan con las enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y respiratorias. ¿El motivo? Que con las altas temperaturas, la posibilidad de deshidratación aumenta y eso acentúa el riesgo cardiovascular en aquellos que son más propensos a problemas circulatorios o arteriales. Con mucho calor son más probables las alteraciones del mecanismo de termorregulación, que intenta, mediante el sudor y la dilatación de los vasos sanguíneos periféricos, reducir la temperatura corporal. Esto, a su vez, también puede incrementar los estados de deshidratación y disminuir de forma drástica la tensión arterial hasta producir mareos y, en casos extremos, síncopes o golpes de calor.
Los síntomas de la deshidratación suelen comenzar con una sensación de cansancio, leves mareos, cifras bajas de presión arterial o taquicardia, seguido de contracturas musculares o calambres. Incluso pueden llegar a aparecer convulsiones o pérdida total del conocimiento. Debemos hacer énfasis en los pacientes hipertensos, que en nuestro país representa el 31%, según la encuesta del 2017 de la Sociedad Dominicana de Cardiología en mayores de 18 años, las cuales son también vulnerables, pues la ola de calor presente y el ejercicio físico intenso puede alterar la respuesta hipertensiva de los pacientes. Por ello, en este grupo de pacientes debemos controlar la intensidad del ejercicio.
La hipotensión (presión baja) se produce en caso de reducción del retorno venoso, debido a la dilatación de las arterias y venas de los pies, combinada con la deshidratación por pérdida de agua corporal.