Tradición del tenis dominicano
Los días finales de agosto y de principios de septiembre de cada año, están marcados de manera especial en la agenda personal de mucha gente desde 1978. Es la época en que se celebra el Torneo Internacional de Tenis de Casa de Campo, en La Romana, el antiguo Siboney. Son fechas en que los amigos, muchos de los cuales sólo se ven una vez al año para este evento, aprovechan para compartir, sobre todo aquellos que vienen de otros países.
Evento tradicional
El certamen tenístico, que celebra este fin de semana su cuadragésima edición, se ha convertido en una de las grandes tradiciones del deporte dominicano. Pocos eventos en nuestro país han mantenido tanto tiempo organizándose. Que yo recuerde y por supuesto, guardando la distancia, sólo el campeonato de béisbol profesional y el torneo de baloncesto superior masculino del Distrito Nacional, son más longevos que el certamen romanense.
Totón y Luchy
La idea original de organizar el torneo fue de los esposos boricuas Totón y Luchy Méndez. A finales de 1977, en un viaje a República Dominicana, ellos le plantearon a su compatriota y amigo Juan Ríos, que a la sazón era Director de Tenis del hotel Casa de Campo, que celebraran en las magníficas instalaciones de este complejo turístico, un intercambio entre jugadores dominicanos y puertorriqueños. A Ríos le gustó el proyecto y consiguió que el empresario ítalo dominicano Vincenzo Mastrolilli patrocinara el evento, a través de su empresa licorería Siboney.
Intercambio RD-PR
Así se inició esta historia. El intercambio concebido por Totón y Luchy, con el decidido apoyo de Ríos y Don Enzo, se realizó del 31 de agosto al 3 de septiembre de 1978 y contó con la participación de alrededor de 200 tenistas. El evento resultó tan exitoso, que se decidió celebrarlo anualmente, invitando además a jugadores de otras naciones del área.
Huracán David
Pero, la naturaleza tenía otros planes y al año siguiente, 1979, estando todo preparado, el certamen no pudo celebrarse, debido al paso del Huracán David, que devastó Puerto Rico, precisamente en la fecha en que debió inaugurarse el evento, y al otro día también causó grandes daños en la República Dominicana.
Con más bríos
Sin embargo, esto no iba a ser un obstáculo para que el torneo continuara realizándose. Y es así como en 1980, las labores de organización del certamen, con Mastrolilli al frente, se reanudaron con más bríos y jugadores de varios países también participaron en el evento, junto a boricuas y dominicanos. Desde entonces se han celebrado otras 36 ediciones, contando la que se está jugando actualmente.
Evento prestigioso
En las décadas de los 80 y 90 el torneo alcanzó tal prestigio, que hasta la Asociación de Tenis de Puerto Rico premiaba al mejor jugador boricua de cada categoría, tanto en la rama femenina como en la masculina, y a modo de incentivo, le pagaba el viaje para el evento del año siguiente.
Sólida tradición
Aunque hubo momentos en que el certamen perdió parte de su brillantez inicial, debido al vacío dejado por el auspiciador original y la falta de un patrocinador importante, el torneo ha continuado celebrándose hasta casi cumplir 4 décadas. Todo esto gracias al esfuerzo desplegado por el hotel Casa de Campo y la empresa Central Romana Corporation, que asumieron la mayor parte de los costos de organización.
Planes
Los planes actuales son lograr que el torneo vuelva a tener el prestigio que alcanzó en las dos primeras décadas, en que se contaba con una participación masiva de jugadores de todo el país y de las islas caribeñas e importante jugadores competían cada año.
Meta
La meta es celebrar en grande el 40 aniversario del torneo el próximo año y con ese propósito, Andrés Pichardo, presidente del hotel Casa de Campo y Matía Territoriale, ya han puesto manos a la obra.