Pensando con Irma
En medio de la tormenta tropical, medito sobre la situación actual dominicana, los peligros, los efectos, nuestras mayores generadoras de pobreza y cambio social negativo: (corrupción, invasión pacífica, mala redistribución de capitales, etc.)
Los efectos más negativos de las precariedades actuales, es que cambian la conducta de muchos dominicanos, la cambian de manera negativa, porque la desesperación que genera un bolsillo roto y la poca esperanza, empiezan a trabajar la mente del dominicano, llevándolo a activar sus instintos más primitivos, el de supervivencia a toda cosa. Para aclarar un poco más la idea me referiré a Darío Jaramillo Agudelo (1999) “Lo peor es que la sociedad se desquicia cuando es posible ser rico de un día para otro”.
Cuando esta sociedad empieza a aberrarse, debido a la lucha despiadada por la supervivencia, y por el poder sin régimen de consecuencias, se empieza a perder el Estado de derecho, y el orden que supone emane del Contrato Social, vuelve a la masa desesperada. Estas circunstancias siempre han sido caldo de cultivo de revoluciones. El pueblo prefiere un contrato social, siempre y cuando sea efectivo, pues las revoluciones nunca son para un Estado anárquico, sino de cambios de poder. Mi querido lector, nadie quiere ser responsable de los demás, pues ocupa su tiempo y no le permite desarrollar su propia persona, ni disfrutar de los placeres familiares y personales. La mayoría cambia de santo. El problema es que el desbalance generado por la clase política, ha creado un sistema insostenible, lo que desespera al pueblo, y lo empuja a retornar al punto de balance anterior. Los nuevos líderes lo venden como receta nueva, para así darse a querer más, y desarrollar su falta de escrúpulos con la misma práctica de predicar por lo mejor del país, pero con el sentido de supervivencia activado, y no con el sentido de servicio. Así como existen falsos profetas, aparecen falsos políticos. Tenga buen ojo compañero, no sea que le esté sirviendo de sapo, para cruzar el río, a un tremendo alacrán. Recuerde que el alacrán siempre sacará su aguijón, y no lo tome personal, es su naturaleza.
Hoy miembros de la sociedad empiezan a entregar a jovencitas para que los padres puedan hacer negocios, también padrastros que violan a la hija de su esposa, otros deciden mutilar a una joven por no permitirle cortejarle, jóvenes se meten a sicarios o a vender drogas, con la esperanza de alcanzar un nivel de riqueza tal, que la impunidad los cobije también. Esto va deteriorando la naturaleza de los dominicanos, hasta que el asco y la indignación, organice tropas libertadoras que eleven a fuego y sangre, la moral de los dominicanos. Pero ojo, fíjese a quien sigue, a quien lee y a quien apoya, pues andan muchos alacranes en busca de sapos que los crucen al olimpo. “Mirad, yo os envío como ovejas en medio de lobos; por tanto, sed astutos como las serpientes e inocentes como las palomas” Mateo 10:16