Carta a Juany Uribe
Osa: El pasado jueves 7 cumpliste un mes de haber partido físicamente, los que te queremos todavía andamos como aves sin nido, brincando de rama en rama.
No te imaginas lo mucho que se ha hablado de ti. En torno a tu persona se han dicho y escrito muchas cosas. Desde la parte histórica de cuando eras secretaria del CEN del PRD en los últimos años de Juan Bosch en ese partido, y tu participación en la transcripción de las charlas del Profesor con las que nació el libro Composición Social Dominicana. También, que fuiste secretaria de José Francisco Peña Gómez hasta sus días finales.
A tu velatorio asistió todo tipo de persona: expresidentes de la República, senadores y diputados, altos dirigentes de diferentes partidos, funcionarios gubernamentales y municipales, pero algo importante, también estaban empleados de todos los niveles, pequeños comerciantes, personas de la calle, en fin, nos enorgulleció notar que los más humildes se sintieran con el mismo derecho que los encumbrados.
Se ha dicho que tus escritos, tanto en el Listín Diario como en las redes sociales, retrataban tu inquebrantable honestidad. También se ha mencionado que llegaste a transportar armas y que alguna vez tu carro era una emisora ambulante.
A todo esto deseo agregar que en una foto donde está doña Carmen Quidiello de Bosch, en la puerta del Palacio Nacional, en la mañana del 25 de septiembre de 1963, entre las cuatro personas que la acompañan estás tú.
...Que en 1964, en el malecón, José Francisco Peña Gómez debió pelear a los puños con más de cinco policías para que dejaran de golpearte a puños, patadas y macanazos.
Algo muy importante y es donde está tu enseñanza, fuiste asistente de tres secretarios de Industria y Comercio, de tres directores de Fomento Industrial, estuviste en CORDE, en el ayuntamiento eras asistente de Peña Gómez.
Te desempeñaste como Oficial Mayor de la Secretaría de Agricultura y también encargada de la oficina presidencial del Senado de la República. Cargos todos en los que se manejaba el capital industrial y comercial de nuestro país.
Por todo lo anterior, tu hijo y yo deseamos expresarte que estamos orgullosos de tu proceder, mucho más sabiendo que a pesar de haber pasado tu vida cerca del poder que todo lo corrompe, no te llamó tener una mansión en la ciudad, ni una hermosa casa de campo para ir a veranear y tu último carro duró 18 años.
...Viviste, tal como predicaste.