Oraciones con alta ‘categoría’

Qué gran tristeza ha sentido mi corazón al saber que tanta gente ha sido afectada por la furia de Irma en diversos puntos del Caribe y Estados Unidos. En cambio, no puedo negar que me llenó de alegría el que contra todo pronóstico, sus embates en perjuicio de República Dominicana fueron los inesperados. Una lluvia, en ocasiones fina en otras no tanto fue lo que nos dejó pese a poseer una categoría cinco. Como la mayoría de los dominicanos me preparé para esperar un huracán que amenazaba con causar grandes estragos en nuestro territorio. No me limité a comprar alimentos y medicamentos o a proteger ventanas, por ejemplo. Me fui más lejos. Hice una preparación interna que por los resultados, surtió su efecto. Oré hasta desgastar mis plegarias al Señor. No pensé en que lo mío y lo de mi familia estaba resuelto, entendía que había que rogar por el país, por quienes no tienen fe, por quienes son más vulnerables a ser afectados por este tipo de fenómeno. Como muchos otros dominicanos, doblé mis rodillas, abrí mis manos y mis ojos, y confié en que Él me escuchaba. Su respuesta a todo esto fue efectiva. Pocos fueron los daños ocurridos comparados con los que se esperaban. Agradecí al Todopoderoso el habernos transportado a una ciudad fabulosa donde funcionan a la perfección las obras del gran Creador. Observé cuán grande es el amor de Dios cuando nos damos al prójimo, cuando pensamos en el desprotegido, cuando pedimos clemencia por los que están en peligro, cuando rogamos para que Él interceda por los que no tienen fe... El enterarnos luego de cómo, inclusive con menor intensidad, ha hecho sus estragos en otros lugares dejando víctimas mortales, me ha hecho pensar que verdaderamente fue un milagro lo ocurrido en República Dominicana. Y no es que en los otros lugares no hayan orado y mucho menos que no se merezcan Su misericordia, es que el pueblo dominicano con sus oraciones de alta ‘categoría’ se fortalece en una fe que ni la furia de Irma puede derribar.