Dinero y primarias
Los cinco mil millones de pesos de que habló el presidente de la Junta Central Electoral asustó hasta a los dominicanos que no tienen RNC y no contribuyen (con pago de impuestos) al mantenimiento del Estado. Todos quieren democracia, pero que no sea tan cara, que no sea un artículo de lujo, sino lo propio de una fórmula tan simple como elegir y ser elegido. La exageración, sin embargo, tuvo un efecto rápido: encontraron el dinero para financiar las primarias, y lo hallaron donde había dicho que estaba: en los fondos que el Presupuesto asigna a los partidos. Un problema menos, pues, y por falta de cuarto no se para la fiesta. La experiencia es buena, alentadora, puesto que si se revisan las actas o los papeles de las antiguas reuniones, aparecerán salidas a puntos de controversia. Digo salida, no solución. La solución es lo ideal; la salida, lo práctico. Nadie entiende ese afán por una legislación superior en un ambiente en que las mañas entre iguales o contrarios espantan y no conceden espacio u oportunidad a la nobleza política…
CONTRASENTIDO.-
La actual situación del debate se convierte en un contrasentido. Los políticos quieren adueñarse del proyecto, y sin su consentimiento no llegará a las instancias a que deberá ser sometida para su aprobación. El propósito, sin embargo, se suponía que era otro: reglamentar la política y controlar a los políticos. No quieren primarias abiertas, verdaderas, y alarman con el costo. Olvidan adrede que las consultas son sufragadas en parte con los aportes de los propios aspirantes a puestos diversos, cuya inscripción se cobra, y de manera excesiva. La rabia es una olla que hierve, pero tapada, entre militantes que pagaron su derecho a una candidatura, y el partido de sus padecimientos ni realizó el escrutinio y menos devolvió el dinero. Una fullería de colmadón, pero que ilustra el manejo de asuntos en el interior de los partidos. La necesidad tiene cara de hereje, y más en política…
Los políticos adentro saben los que los observadores afuera. La actual situación no puede continuar, pues la política es tan enrevesada que ella misma cobra sus faltas. Lo que conviene hoy tal vez no convenga mañana, y eso lo sabe el borracho, que por muy borracho que esté, nada lo salva de la resaca. Se puede hacer política al margen de las masas un día o dos, pero al tercero la suerte se torna gitana. El PLD, que es el partido líder, lo sabe. Y porque lo sabe fue que convocó un congreso, y porque lo sabe fue que el congreso dictó resoluciones, y porque lo sabe fue que esas resoluciones se convirtieron en reglamentos. Todavía no están todos los reglamentos, con trucos de cámara lo retrasan, pero no será por mucho tiempo, pues se siente el trepidar de los caballos de Atila. El trance entre Leonel Fernández y Danilo Medina, que por ahora es apuesta de sus oponentes, tendrá que resolverse como todo conflicto dialéctico. Cuando suceda, los estatutos adentro y las leyes afuera, serán el mejor amparo y segura salvaguardia. El acuerdo de los quince puntos del Comité Político es una muestra, un botón. Cayó en vicio prontamente porque no se basó en estatutos y tampoco en leyes. Fue un producto de circunstancia y la circunstancia se lo llevó de paro…
Como uno de los problemas de los partidos, por lo menos en el plano institucional, es una cúpula que no oye, que no atiende, y que ensoberbecida se libra a sí misma. La solución no puede ser darle más poder, sino todo lo contrario. Ya mareada, con una vuelta más se cae. El remedio a una enfermedad tan grave serían las bases. Reconocerlas como fuente de legitimidad y reivindicar su oportunidad. Eso y no otra cosa serían las primarias abiertas, simultáneas y con el padrón de la Junta Central Electoral. Lo ideal sería que cada partido hiciera su consulta cuando lo entendiera oportuno, y que fuera con su propio registro, pero se sabe que ese no es el ánimo ni la situación. ¿A qué se debe el frecuente cambio de fecha? Al miedo que se tiene. El PRM dijo que en septiembre, y septiembre va pasando. Después que este año, y este año avanza como si a diciembre lo estuvieran esperando. No se diga que las primarias abiertas y con el patrocinio de la Junta Central Electoral serían un jaque mate a los partidos, pues los haría innecesarios, ya que lo contrario, ese dejar hacer, dejar pasar, al final los colocará de rodilla y en fila, de cara a una zanja abierta a propósito, y uno a uno irán recibiendo su tiro de gracia…