Listin Diario

Para desligarse del crimen de Emely, Marlin hizo un “teatro”

- Ramón Pérez Reyes Coralis del Orbe Santo Domingo

Cuando Marlin Martínez, madre del confeso autor del asesinato de la adolescent­e embarazada Emely Peguero, participó en una rueda de prensa para “rogar por la aparición de la adolescent­e”, estaba apelando a “una mentira propia de una obra de teatro”.

Para ese entonces sabía que su hijo, Marlon Martínez, que estaba a su lado, la había asesinado y ya estaba ofertando entre 600,000 y hasta un millón de pesos para que el cuerpo sin vida de la menor desapareci­era de “forma efectiva y segura”.

Así lo habría asegurado Simón Bolívar Ureña Almánzar (Boli o Machú), en su declaració­n a la Fiscalía de San Francisco de Macorís, y quien fue apresado y acusado de participar en el ocultamien­to del cadáver de la menor de 16 años de edad.

Pero no solo la madre, el propio Marlon también mintió, ya que después de asesinar a su novia embarazada, botó su cuerpo al tirarlo de un puente.

Días después, y ya apresado al ser señalado como autor del hecho, Marlon trató otra vez de engañar a las autoridade­s al conducirlo al basurero municipal de San Francisco de Macorís, alegando que había tirado el cuerpo en ese lugar.

Según el expediente, al que LISTÍN DIARIO tuvo acceso, Boli declaró: “A la 1:40 de la madrugada (del jueves 24 de agosto) salí con Marlon por orden de Marlin a buscar a alguien para desaparece­r el cadáver, ella le dice cuando aparezca el tipo tú le das la guagua Toyota Hilux, color blanco, que yo mañana te la doy de nuevo”.

“Yo y Marlon”, continúa Boli, “dimos una vuelta por los barrios malos de Moca: Sal si puedes, Quijá Quieta y Los Mangos, buscando una persona que se prestara para eso, ella le iba a dar 100,000 pesos, los famosos 100,000 pesos que dicen que ella me entregó, pero no apareció nadie, entonces cuando vamos de regreso para la finca, Marlon me dice: ‘y para qué buscar esa persona, vamos que yo lo hago’, refiriéndo­se al traslado del cadáver”.

De acuerdo con la confesión de Boli, él y Marlon se fueron por la carretera de Guanábano, cruzaron Villa Tapia y llegaron a Cenoví, de ahí en adelante él me iba dirigiendo; me condujo al puente Colón, a un sitio donde él había tirado el cuerpo.

“Después de eso Marlon lo montó (el cadáver) en la parte trasera de la camioneta. Él solo subió el cuerpo a la camioneta Hilux color blanco, yo me desmonté. De allá tomamos la carretera Cenoví-San Francisco, en la bomba doblamos a la derecha, tomé la ruta hacia Villa Tapia y por ahí llegamos a Salcedo. De ahí tomamos la carretera Salcedo –Moca, entramos a la carretera de la sección El Aguacate, unos cinco o seis kilómetros hasta llegar a la finca de Los Algarrobos. Tras llegar a la finca Marlon bajó el cuerpo de la camioneta y lo montó en el baúl del carro y yo me fui para mi casa, eso fue como a las tres y media de la madrugada”, dijo Boli en el interrogat­orio.

El cadáver de Emely habría estado en una finca y luego en la carretera donde finalmente fue encontrado en estado de descomposi­ción y degollada, en un saco y dentro de una maleta en la comunidad La Guama del municipio Cayetano Germosén, provincia Espaillat.

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