Reflejos del siglo veinte dominicano
Transcurría el mes de noviembre, hace unos treinta y seis años, cuando el educador de origen brasileño, Paulo Freire publicó el libro: “La importancia del acto de leer”. De esta publicación, resalta la frase: “La lectura del mundo precede a la lectura de la palabra, de ahí que la posterior lectura de ésta no pueda prescindir de la continuidad de la lectura de aquél”, citada por lingüistas y educadores para referirse al hecho de que leer implica un proceso de conexiones neurológicas y socioculturales que van mucho más allá de pasar la vista por lo escrito y decodificar un mensaje. Pareciera que José Alcántara Almánzar acuñó esta premisa casi prescriptivamente, al presentarnos hoy sus “Reflejos del siglo veinte dominicano”, un apretado panorama de nuestra historia cultural en el pasado siglo XX, un trabajo que nadie había acometido hasta el presente, y que construye un puente entre lo que como sociedad, somos y fuimos. Planteando el cambio como el eje que usa el tiempo para transformar las comunidades humanas. En este panorama, el autor asume nuestra realidad como el resultado de decenas de procesos históricos que la preceden. Además de contemplar el presente desde una mirada nostálgica y reflexiva. El autor reconoce en el ahora las huellas de un antes, de lo que fue, de las presencias que laten detrás de lo cotidiano, es un ejercicio de contemplación que revela un espíritu de compromiso con la historia.
Tal como construyera Tomás Hernández Franco la vida de “Yelidá”. Una historia que, así como la nuestra, no puede contarse un día cualquiera, ni tampoco por un alguien que desconozca la hondura de nuestras raíces. Tampoco nuestra actualidad puede ser explicada ni entendida en toda su complejidad por una persona que no sea capaz de leerla a partir de sus conexiones culturales con el pasado. De ahí que nuestra lectura del mundo podrá ser más crítica, comprensiva y, sobre todo, justa. Leer este libro nos lleva a asumir la actualidad como resultado de estados anteriores, de acciones y acontecimientos que moldearon lo que hoy vivimos. Algo que va mucho más allá de conocer la historia para evitar repetirla, es asumir un enfoque mucho más vasto para comprender nuestro tiempo. Es casi imposible acercarse a estos ensayos sin imaginarse a Alcántara Almánzar mirando las noticias, y mientras todos a su alrededor ven lo que presenta la pantalla, él está posado en algún lugar de su espíritu, rastreando los hechos que ocasionaron los episodios que hoy nos muestran los medios.