Laurel de inicio a fin
Al ser exaltado Jeff Bagwell al Salón de la Fama del béisbol de Grandes Ligas el pasado mes de agosto, se convirtió en el décimo jugador que inicia su carrera recibiendo el galardón de Novato del Año, en 1991, gana posteriormente el de Jugador Más Valioso (1994) y finaliza ocupando un nicho en Cooperstown.
Es obvio que este cuadro se establece a partir de la temporada de 1947, que es cuando se instauró el premio al Novato del Año; y es casualmente el primer elegido para este honor el que lo inaugura, Jackie Robinson. El hombre que protagonizó la rotura de la infame barrera racial comenzó su carrera siendo señalado el mejor novato de las Ligas Mayores en ese 1947, fue distinguido como Jugador Más Valioso en 1949 y en 1962 ingresó al Salón de la Fama.
Aún con la limitación que se crea por la ausencia del premio a los nóveles antes del año señalado, de hecho muchas estrellas de esas épocas pudieron haber sido parte de él, asimismo hay que considerar que, después de todo, aceptar que en Grandes Ligas compiten los atletas con las mejores condiciones para jugar ese deporte solo se puede a partir de la fecha en que, la condición para jugar a ese nivel la determina el grado de calidad de las habilidades físicas y mentales del jugador y no el color de la piel. No en vano seis de los diez portentos que están en el aludido cuadro no son de raza blanca, incluyendo a Orlando Cepeda, puertorriqueño de nacimiento y elegido al Salón de la Fama por el Comité de Veteranos en 1999. Antes había ganado el Novato del Año en 1958 y el JMV en 1967.
Igualmente muchos meritorios atletas no pudieron optar por el primer galardón por coyunturas adversas de tipo reglamentario que automáticamente los inhabilitó, pero no por eso su brillo se opacó.
A Robinson le siguieron Willie Mays, Frank Robinson y Willie McCovey al ser exaltados en 1979, 1982 y 1986. Mays, todavía para muchos el más completo atleta que ha jugado béisbol, irrumpió en el escenario de Grandes Ligas en 1951 considerado el bisoño más destacado de la Liga Nacional y en 1954 y 1965 ganó el máximo honor de ese circuito. Frank Robinson fue el mejor novato de la Nacional en 1956 y JMV en 1961, repitiendo este galardón en la Liga Americana en 1966. McCovey obuvo el Novato del Año en 1959 y diez años después el de JMV en la Nacional. El primer norteamericano de raza blanca que ingresa en este círculo es Johnny Bench. El gran receptor fue el más destacado novato en la Nacional en 1968, JMV de esa liga en 1970 y 1972 y elegido para Cooperstown en 1989. Aceptando el premio Cy Young como el equivalente al JMV de los lanzadores, Tom Seaver es el único de su categoría que encaja en el patrón. Fue Novato del Año en la Nacional en 1967, en tres ocasiones, 1969, 1973 y 1975 lo eligieron el mejor pitcher, siendo votado al Salón de la Fama en 1992.
Estas siete estrellas del béisbol mantuvieron en ese grado de exclusividad el grupo durante siete años, hasta que en 2007 Cal Ripken, Jr. se convirtió en el primer y único producto de la Liga Americana que ingresaba cuando fue integrado a Cooperstown. En 1982 había sido el Novato del Año y en la siguiente campaña y en 1991 considerado el jugador más trascendente.
En 2010, en su noveno intento, Andre Dawson finalmente llegó al Salón de la Fama trayendo en su equipaje el galardón de Novato del Año y JMV en 1977 y 1987 respectivamente. Ninguno de los candidatos en la boleta del Salón de la Fama con posibilidades para ser electos en las próximas votaciones encaja en los parámetros de este cuadro, pero entre los activos son postulantes con méritos acumulados para llegar en su momento, Albert Pujols e Ichiro Suzuki. Ambos ganaron el Novato del Año en 2001 en cada circuito, logrando el japonés además el JMV de la liga Americana y el dominicano ha obtenido este premio tres veces, 2005, 2008 y 2009. tonypiñacampora@gmail.com Twitter:@pinacampora