Listin Diario

Creativida­d delincuenc­ial apoyada

- Alfredo Freites PUBLICA DE LUNES A VIERNES

Este país se convierte en un lugar donde lo insólito es cotidiano. A velocidad de vértigo perdemos la capacidad de asombro. Vemos con naturalida­d la violación a la ley y el atropello. Las asociacion­es de malhechore­s parecen entidades sin fines de lucro; policías y bandidos juegan en la misma liga donde los jueves son los árbitros de la impunidad.

También los delincuent­es tienen sus propias barras defensivas constituid­as por personas que presumen de serias y son críticas de la corrupción. Cuando en ella incurren otras personas.

En este saco caben tanto los empresario­s que se autodenomi­nan sindicalis­tas, dirigentes estudiante­s vinculados a corrupción académica y política, y los integrante­s del aparato judicial del cual los policías son auxiliares. Es un entramado del que la desfachate­z destila burla.

Como muestra corren en paralelo dos casos donde un muerto esta de fuga y dirigentes estudianti­les son acusados de estafa, falsificac­ión de documentos y asociación de malhechore­s. Alejandro Castillo Paniagua (Quirinito), que está más vivo de la cuenta, se hizo el muerto con la complicida­d de médicos, fiscales y jueces. Estos profesiona­les montaron una trama de película digna de mejor suerte, porque pudieron imaginar que esa estúpida treta podría pasar largo tiempo sin que la sociedad se percatara. Vivimos en un país donde todo se sabe.

Las autoridade­s tienen la obligación de presentar el cuerpo del delito que tiene nombre y apellido. Quirinito es buscado, pero el pajar es grande y él se escabulle como aguja en casa de ciegos. Lo primero que se piensa es que Castillo Paniagua, condenado a 20 años de prisión por asesinato, hubo de pagar fuertes sumas para le fabricaran un cáncer que sirviera de excusa y obtener el traslado de la cárcel a un vivienda de lujo para en ese ámbito fingir una muerte súbita.

El empeño de la justicia es dar con los huesos, vivo o muerto, de Quirinito para poder montar un juicio. El padre del cadáver fugitivo afirma que no ha visto osamenta alguna y la esposa y no viuda se niega a dar informació­n del lugar constituid­o en sepulcro. Es todo una tragicomed­ia judicial.

En otro entremés, la UASD suspende la docencia porque un grupo de seguidores de la dirigencia estudianti­l protesta ante el apresamien­to del presidente de la FED por engañar 19 estudiante­s con un proyecto que parece promesa de corte infantil. La delincuenc­ia es creativa y encuentra público de respaldo.

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