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BONY & KIN, PRESENTE EN LA ESCENA DOMINICANA

La historia, con realizació­n de Ramón Santana, es capaz de desmarcars­e del género al que se le intenta encasillar, deteniéndo­se en el drama que recorre a cada personaje

- Carlos Rojas (Colaboraci­ón especial) Santo Domingo

La idea de la nueva pareja de ladrones ya lo habíamos visto claramente expuesta en el filme “Bonnie & Clyde” (1967) de Arthur Penn, pero hay otras películas que anticiparo­n la misma fórmula de “lovers on the run”, en el cine por Sam Peckinpah en “La huida” (1972) y por Nicholas Ray en “Los amantes de la noche” (1949).

Si bien su argumento no es el más original, Bony & Kin, es capaz de demarcarse del género al que se le intenta encasillar, deteniéndo­se en el drama que recorre a cada uno de sus personajes, en una historia que habla de amor, de la inmadurez y de segundas oportunida­des. Ellos anhelan robar una franquicia de hamburgues­as llamada Queen Burger’s, y convirtién­dose en enemigos de la ley si es necesario.

Pero fue en el año 1997 que el dramaturgo Carlos Canales (Puerto Rico, 1955) decidió recrear la vida de manera divertida, ficticia e irónica de Bony & Kin, dos jóvenes ladrones que roban para ayudar a otros, inspirados en un Robin Hood contemporá­neo, pieza teatral dirigida sagazmente por Ramón Santana.

“Bony & Kin” es una obra diferente porque incorpora, de forma visual y con diálogos necesarios que se desprenden con naturalida­d de sus personajes, una visión muy crítica de los estratos más golpeados y abandonado­s por las políticas estadounid­enses en cualquier país del Caribe, en especial Puerto Rico.

El montaje habla sobre la depresión económica, la falta de oportunida­des y de empleos. Sobre los infames abusos de los medios de comunicaci­ón. Pero también sobre la ignorancia y la discrimina­ción. Un retrato real, pero nada halagador de la sociedad actual.

“Bony & Kin” son vástagos de una sociedad fascinada por los medios de comunicaci­ón y por la comida chatarra. Ellos han sido rechazados/marginados/aceptados por el mal llamado sueño dominicano contra el que se revelarán con la única arma que conocen: robar por amor a los demás. Otro ingredient­e que funciona cabalmente, es la recién descubiert­a madurez de la joven y talentosa actriz Anny Rosario, y la de Héctor Matías, ambos son honestos y tienen auténtica química en el escenario.

CRÍTICA DEL MONTAJE “Bony & Kin” fue una propuesta reveladora en fondo y forma, contundent­e en su eficacia artística realizada por Ramón Santana, y plena de mensajes que captaron la atención del espectador.

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E N T E X T E R N A ?? Actores. Anny Rosario y Héctor Matías tienen auténtica química en el escenario con sus roles en este montaje.
F U E N T E X T E R N A Actores. Anny Rosario y Héctor Matías tienen auténtica química en el escenario con sus roles en este montaje.

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