UN MOMENTO Pastoral de los Jóvenes
Este accionar de la Iglesia con los jóvenes, lo que llamamos Pastoral de los Jóvenes, es tal vez una de las acciones más conocidas de la Iglesia, gracias a las tantas veces que estas actividades se convierten en noticia del trabajo que realizamos con la juventud.
En todas las diócesis del país, en las parroquias, en las comunidades, algún trabajo, siempre hay con los jóvenes. Hemos afirmado en repetidas ocasiones, y yo lo quiero volver a decir, ya que lo hemos dicho otras veces, que aparte de la Pastoral de los Jóvenes, está la Pastoral Materno Infantil, la Pastoral de los Niños y la Pastoral de los Adolescentes.
No basta con que en las familias los jóvenes puedan recibir una educación cuidadosa, no basta la educación en las escuelas, también las comunidades de fe tienen que trabajar con los jóvenes.
Los que hemos trabajado con jóvenes en el pasado sabemos cómo esos jóvenes de la Pastoral de los Jóvenes aportan muchísimo más y cómo agradecen ese trabajo, cómo ese trabajo les hizo crecer, desarrollarse. Incluso, hay alguien que me dijo: “Esa Pastoral de los Jóvenes a la que yo pertenecí no solamente me ayudó humanamente sino incluso hasta económicamente, porque me ven como una persona servicial, con otros valores que no tienen los que no estuvieron en la Pastoral de los Jóvenes”.
Ya yo puedo hablar de los frutos de la Pastoral de los Jóvenes y de esos jóvenes que así hablaron. Incluso, y termino esta reflexión con esto, hay jóvenes que me han dicho: “Tú nos echaste a perder en la Pastoral de los Jóvenes”, y al preguntarles por qué, afirman: “Porque estoy en tal lugar trabajando, pero no me atrevo a robarme ni un centavo; si yo no hubiera estado en esa pastoral, fuera rico hoy”.
Trabajemos con los jóvenes, porque es también preparar el futuro y preparar los futuros administradores del país para que sean honrados, para que no caigan en la sobreevaluación, en los sobornos, ni en la corrupción. Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.