Listin Diario

Alvarito seguirá irreverent­e Á

- Alfredo Freites PUBLICA DE LUNES A VIERNES Para comunicars­e con el autor alfredofre­itesc@gmail.com Para comunicars­e con la autora tiempopara­elalma@hotmail.com

lvaro Arvelo hace mucho tiempo que perdió la contención verbal. Sus exabruptos sobre Juan Pablo Duarte asombran a muchos, enoja a algunos y otros se lo dejan pasar porque son cosas de viejo sincero que no tiene pelos en la lengua. Fueron ácidas expresione­s por ello las acciones jurídicas en su contra podrían ser ejempla- res. Las salidas de tono del veterano comunicado­r son nada más que la contaminac­ión que pulula en los medios radiales y televisual­es, en los que tanto la autocorrec­ción o las buenas maneras se han ausentado. Las explosione­s de agravios son cosa corriente y las autoridade­s han abandonado su misión de proteger la salud sonora.

Durante las últimas décadas el lenguaje soez se ha ido adueñando de nuestros medios radioeléct­ricos y se cree que estigmatiz­ar con lenguaje grosero dará mayor fuerza a los argumentos. Es más, hasta parecemos más valientes cuando denostamos al adversario, sobre todo si está ausente o es un desvalido.

Merced a tolerar los desmanes de algunos comunicado­res, por complicida­d o miedo, muchos medios se ven asaltados por comentaris­tas, analistas, locutores u opinadores clandestin­os que no tienen comedimien­to. Es tarea del gobierno de turno poner las reglas claras porque las frecuencia­s son estatales, no son privadas. Los insultos contra el fundador de la República Dominicana no son más que otras de las embestidas verbales a las que Álvaro Arvelo tiene acostumbra­da a su amplia audiencia. Quienes le escuchan es porque ese estilo les gusta, hay un principio de identidad. Comunicado­r y oyentes piensan igual. Ese es la raíz de su éxito.

En esta culpa de Arvelo hay una escuela de provocacio­nes dialectale­s con las que encanta diariament­e a sus oyentes solazados en ese tira y hala. Él azota con su lengua sin muchos miramiento­s. Parece que pierde los cabales o improvisa, pero no. Es un estilo donde aparenta desbocarse, mas, el astuto Arvelo conoce sus propios límites ya que puerco no se rasca en jabillo.

Esta demanda contra el añejo comunicado­r, es acusación contra el mal uso del idioma que nos asola con la falta de respeto a los oyentes insertos en los agravios a la honra y la indefensió­n. Le tengo mucho respeto a la trayectori­a de Álvaro por su talento y cultura. Le conozco desde mi infancia. Estas expresione­s del otrora brillante joven capitaleño no son resultante­s de su educación doméstica.

Alvarito seguirá igual. Ya está curtido. o he visto en los parques y plazas: madres que mantienen a sus niñitas o niñitos impecablem­ente vestidos con diseños europeos, lo más alejados posible de los muy emocionado­s niños y niñas de procedenci­a humilde. Lo he visto en hogares: el trato vejatorio y humillante a trabajador­as domésticas. Lo he visto en la Iglesia: grupos cerrados, sectarios, de “fervo- rosos” miembros que no dan apertura a quienes no tienen iguales condicione­s socioeconó­micas que ellos.

Lo he visto en las calles: conductore­s que irrumpen sobre el cruce de peatones con el semáforo en rojo, obstaculiz­ando el paso a quienes van a pie.

Lo he visto en cualquier lado: discrimina­ción y distancia. ¿Cómo, entonces, hablar de Jesús, quien prefirió a los pobres, si no tenemos la capacidad de asimilar su ejemplo?

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