¿QUÉ DEBE HACER EL JOVEN PARA LOGRAR SUS SUEÑOS?
Viajar, seguir estudiado, conseguir un mejor empleo, emprender un negocio o independizarse del hogar son algunas opciones del recién graduado.
Era su meta más soñada. Lo mejor que le había pasado a Aris Alba. Nada había sido tan satisfactorio como ese momento. Supo que había terminado su carrera universitaria y sintió orgullo por haber superado días de hambre, noches sin dormir y que por fin alcanzaba lo que tanto tiempo había buscado, logrando con esto enorgullecer a su familia.
Aunque estaba feliz de una manera que no sabía explicar, graduarse le creaba nuevas preguntas y nuevos retos. ¿Qué debo hacer ahora? ¿Para qué me sirve tener un título universitario? ¿Debo salir de la casa? ¿Cómo enfrento esta responsabilidad social?, fueron algunas de las cuestionantes que a Aris, igual como pasa con otros jóvenes, se le cruzaron por la cabeza al terminar su profesión.
La psicóloga escolar Julia Santana explica que la graduación de un joven es uno de los logros más importantes que puede experimentar una persona, pero junto a ella llegan dudas sobre qué hacer luego de graduarse.
Una solución que sugiere Santana es hacer un análisis de lo que el profesional quiere para su vida, y así poder realizar un plan en que se le dé prioridad a lo que busca.
Entre las alternativas están: viajar, seguir estudiado, conseguir un trabajo, emprender un negocio o independizarse del hogar.
Alex Batista nació en Los Hidalgos, Puerto Plata; y viajó a Santo Domingo hace 22 años con el sueño de alcanzar una carrera universitaria. Se graduó de periodismo a sus 26 años y en ese momento se dedicó a trabajar, dejando para luego los estudios de posgrado, con el objetivo de adquirir mayor experiencia.
“Conseguí ascender en el periódico, donde ya trabajaba y eso reflejó mejoras económicas. Así empecé a poner mi primera mesada fija en casa de mis padres, me compré un carrito y así podía tener dos trabajos y manejar mejor mi tiempo”, dijo el periodista.
Importancia
Tener un título es una de las prioridades que la familia les inculca a los niños o jóvenes para que se conviertan en “alguien”, y puedan tener un nombre que los represente y les permita escalar en un mercado laboral más amplio.
“Me siento satisfecho con lo que he conseguido como persona y profesional y todo se lo debo a mi carrera. Titularse abre puertas. Y te hace abrir puertas, porque al sentirte empoderado de tu realidad sientes que no estás pidiendo nada, sino reclamando lo que por derecho te corresponde”, explicó Batista.
Gracias a su carrera de periodista más tarde aplicó por una plaza de profesor ayudante en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Para él la mayor satisfacción es la de haber cumplido con su deber y sentir que pudo conseguir una meta que le costó muchos años y esfuerzo, agregándole la satisfacción de la mirada con orgullo de sus padres y de su familia.
Se tiene la percepción de que un título universitario garantiza un buen trabajo y por ende un buen ingreso, pero esto según Santana no es completamente cierto, ya que influye mucho la forma del profesional manejar sus conocimientos.
Sin embargo, en la sociedad se te reconoce con un mayor estatus por tener un título.
Para Taines Díaz, diseñadora de interiores, el título influyó para ganar más dinero en los empleos que consiguió después de graduarse. No obstante, esto no garantizó su estabilidad económica, ya que actualmente no ejerce su carrera, sino que se dedica a organizar eventos, actividad que no requiere de un título universitario y que considera “un buen negocio”.
“Terminar la universidad no asegura un buen empleo, ni crecimiento. Lo que importa es el proceso, si fuiste o no un estudiante aplicado, que aprendió suficiente como para insertarse con éxito en el mundo laboral”, consideró Batista.
“El título sí mejoró mi confianza y eso, de alguna manera, influye en cómo te desempeñas en el trabajo”, agregó.