Aprender a poner punto final
Las grandes tragedias en la vida humana se concentran en la falta de poner punto final en la vida a todas aquellas cosas que no te convienen y muchas de ellas se relacionan con el resentimiento, con el rencor, con el eternizar a aquellos personajes en la novela de tu existencia que tuvieron un rol negativo o que directamente te hicieron daño, dejar ir, dejar fluir, dejar que el tiempo sane las heridas es un camino duro, pero realmente necesario.
Salirse de tu zona de influencia no es nada fácil, a veces es traumático y otras se percibe hasta como imposible, pero la vida, los reveces recibidos, los desamores y las tragedias personales te hacen reinventarte cuando las ideas se te han agotado. Yo en lo personal he vivido dos grandes capítulos y en cada uno he tenido que romper con todo de forma total y recomenzar desde cero.
Esto me ha permitido recomenzar y a la vez volver a pintar el lienzo de mi camino con colores diferentes, he sabido decir adiós, he entendido que detrás de aquello que en su momento dolió era lo que debía experimentar para crecer, para madurar mi propio proyecto de vida, para convertirme en un hombre tal como soy, con mis luces y mis sombras, las que me dieron la perspectiva de lo que ahora soy; no soy millonario, no he publicado un libro, no soy una celebridad. Simplemente soy un ser humano real que asume sus errores y que celebra junto a quienes me quieren aquellas pequeñas cosas que me hacen feliz. Cualquier deuda que haya tenido la he pagado con mucho sufrimiento y con el dolor que hacen de mis heridas los recuerdos de la fortaleza que he tenido aún en medio de tantas lluvias y huracanes que pasaron en el sendero que me tocó recorrer.
Saber decir adiós implica una reinvención de ese ser que queda atrás cada vez que te levantas de una caída, de esas marcas que te quedan como recordatorio de épocas más duras y complicadas, de aquellas lágrimas que salieron para vaciar el sufrimiento que te acompañó en algún momento, de personas que sientes que dejaron cicatrices para el resto del camino, para ese corazón que muchas veces destruido regresa a pesar de la desconfianza y ama nuevamente, esa es la esencia de decir adiós porque en el momento que lo haces dejas atrás todo aquello que sabes que desde ahí será parte de tu libro y lo leerás solamente cuando necesites algo que te permita crecer, potenciar ese ser interior que muchas veces sin fuerzas ha pasado por tantas tempestades.