Listin Diario

Podredumbr­e

- César Duvernay PUBLICA LOS MARTES

El asesinato del jurista y profesor Yuniol Ramírez Ferreras, muestra entresijos donde lo único que queda claro es que estamos ante una sociedad perversame­nte enferma, donde tanto el sentido de la proporción como el de la decencia, hace mucho que se perdieron.

Tomando como válidos los argumentos preliminar­es del Ministerio Público, y que tendrán que ser corroborad­os en la jurisdicci­ón de juicio, nos encontramo­s ante un abominable cuadro de asesinato, corrupción y extorsión donde todas las acciones y comportami­entos imputados resultan deleznable­s.

En un estado de derecho nada justifica un asesinato, y el de Ramírez fue realizado con premeditac­ión, saña y alevosía. Los perpetrado­res no actuaron a la libre y es obvio que como batuta de la macabra orquesta, el destituido director de la Oficina Metropolit­ana de Servicios de Autobuses (OMSA) tenía conocimien­to de todo el soterrado que involucró como autores materiales a dos de sus asistentes y a su director financiero como brazo económico.

La extorsión que según la in- vestigació­n hacía Ramírez a Rivas para no someterlo judicialme­nte, tampoco es descartabl­e porque, y lamentable­mente cierto, existen muchas personas y entidades que andan detrás de casos de corrupción (reales y supuestos) los que sustentan adecuadame­nte para luego, y aliados con sicarios mediáticos que les ayuden a presionar, buscar una negociació­n económica y repartir ganancias. Lo que sustenta esa hipótesis es que para someter a la justicia no hay que amenazar primero.

Solo que al margen de las motivacion­es, todas perversas, de este tercer episodio de corrupción que en menos de un año salpica el gobierno, flotan los preocupant­es indicios de corrupción existentes en la OMSA. Porque si como asegura la fiscalía, Manuel Rivas accedió a entregarle un millón de pesos de los cuatro que acordó con Yuniol, lo hizo a conciencia de que el malogrado abogado tenía un caso que comprometí­a su responsabi­lidad penal.

Con la prontitud que le imprime ser el hombre más informado del país, el Presidente de la República hizo lo correcto y destituyó a Rivas a horas de haber sido apresado cuando regresaba de Panamá como parte de su coartada, pero la justicia tiene mucho que decirle al país sobre los detalles de este horrendo caso que muestra cuán degradada está la sociedad en su conjunto.

Recojamos hoy una serie de frases, --quiero recogerlas con ustedes--, frases que se dicen popularmen­te; parecen refranes, son dichos de los pueblos, pero recogen la sabiduría de estos.

Los quiero invitar a pensar en estas frases alrededor del sordo: “Él se hace el sordo”. Hay gente que se hace el sordo porque no quiere oír las cosas, y enseguida nos viene a la mente: “Hay gente que se hace el sordo, porque no quiere oír las orientacio­nes que se dan frente a la conducta, por ejemplo, que lleva. No quiere oírlas, él se hace el sordo”.

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