Periodismo “Premium”
La crisis de confianza que gravita sobre las redes sociales ante la profusión de noticias falsas es un factor que hace revalorizar la importancia del periodismo de calidad, más ostensible en los medios impresos tradicionales que en otras plataformas informativas.
Este es el acicate para que los impresos apuesten por un “periodismo premium”, es decir, de calidad, profundidad y creíble, algo que también comienza a influir en los innovadores modelos de suscripción pagada de sus plataformas digitales.
Como la gente busca un contenido de noticias avaladas, comprobadas y tratadas con rigor profesional, los impresos más importantes del mundo están registrando más suscriptores de pago en sus digitales y al mismo tiempo en sus formatos físicos. Para ello recurren a soluciones híbridas como las de ofrecer un porcentaje de noticias de forma gratuita en sus on-line y reservar sus contenidos fuertes, exclusivos y novedosos que aparecen en el impreso a las suscripciones de pago. Y han comprobado que les da resultado.
Los modelos más exitosos han sido los de The New York Times, The Wall Street Journal y Washington Post, en los Estados Unidos, y de los diarios más relevantes de Europa, donde hay alta masa de usuarios con acceso a internet pero al mismo tiempo una tradición fuerte en lectura de periódicos.
Estos desarrollan la estrategia de ofrecer a sus lectores del digital unas vías de acceso a una buena porción de sus contenidos especiales por precios cómodos, lo que al final resulta en una doble suscripción al impreso.
El núcleo fuerte de este proceso lo determina la percepción y confianza en que los impresos les ofrecen contenidos de su interés, sin sesgos, vacunados contra el virus de las falsas noticias que hoy inundan las redes, creándoles un serio problema de credibilidad.
Es por eso que los gigantes agregadores de noticias del mundo están empeñados hoy en ofrecer filtros y aplicaciones para detectar, reconocer y restringir la difusión de noticias falsas, tratando de limpiar los espacios digitales de estos elementos contaminantes que degradan su nivel de confiabilidad.
A menudo me encuentro con lectores del Listín Diario que me confiesan que solo dan por ciertas las informaciones del impreso porque perciben que, en el ejercicio del periodismo profesional serio y de calidad, esta es una regla de oro, no tanto así con las que se difunden por redes sin verificar su objetividad y exactitud.
En estos días, el director del diario, español El Mundo, Francisco Rosell, ha dicho que hay que promover modelos de negocios que hagan rentable el periodismo, protegiendo su independencia, sobre la base del pago por la información.
Reconoce que la profusión de noticias falsas ha ayudado a la revitalización del buen periodismo, por lo que el compromiso de brindar noticias de calidad y comprobables viene a resultar en el éxito que logran hoy los impresos que ofrecen “periodismo premium” a sus lectores, tanto en el físico como en el digital.
Esta es una de las claves de la sobrevivencia de los impresos en un mundo de las comunicaciones sociales altamente competitivo y desafiado por las continuas innovaciones tecnológicas. Un reto fascinante al que nunca debemos rehuir.