Los Dodgers en Dominicana
Luego de una ausencia de treinta años, los Dodgers de Los Angeles están de nuevo en una Serie Mundial. Una de las franquicias más populares entre la fanaticada dominicana, buscan la corona mundial por séptima ocasión en su historia. Se puede determinar que la relación de Dodgers y dominicanos se inició en la primavera de 1948. El equipo, cuya sede estaba entonces en Brooklyn, entrenaba en Cuba y fueron contratados para que trasladaran esa actividad por unos días al país. Ya habían concitado muchas simpatías en todo el Caribe por ser el motor que impulsó la rotura de la infame barrera racial el año anterior y con ellos viajó el protagonista de la hazaña, Jackie Robinson. Este fue un valioso valor agregado al acontecimiento que representó para la sociedad de la época que el equipo campeón de la Liga Nacional actuara localmente. Acompañados de su principal sucursal, los Reales de Montreal, efectuaron una serie de partidos con estos y selecciones criollas, tanto en la entonces Ciudad Trujillo, como en San Cristóbal y Santiago. La presencia de estos equipos, con atletas como el mismo Robinson, Pee Wee Reese, Carl Furillo y el dirigente Leo Durocher, causaron un positivo impacto que ayudó a mitigar el dolor que produjo el accidente aéreo que ocasionó la muerte del equipo representante de Santiago, en lo que se conoce como La Tragedia de Río Verde.
Luego, al iniciar el béisbol dominicano su afiliación al organizado en 1955, los Dodgers fueron una de las estructuras que abasteció de jugadores a los Leones del Escogido, aportando recursos claves para que obtuvieran cuatro de las primeras cinco coronas disputadas.
Esa relación de los Dodgers con el béisbol dominicano ha perdurado desde entonces por diferentes vías. A inicios de los setenta acordaron una alianza con los Tigres del Licey que fue muy beneficiosa para ambos. Los azules contaron con ese apoyo para mantenerse luchando en la cima de los torneos nacionales durante cerca de veinte años, al mismo tiempo que auxiliaba al desarrollo de los jugadores nativos firmados por ellos. De esa asociación surgieron estrellas que dejaron una huella indeleble en la historia y generó la fuerza que culminó con la instalación de la primera academia local para desarrollar jugadores: Campo Las Palmas.
CONTRIBUCIÓN CRIOLLA
Una manera de demostrar el valor del aporte dominicano al éxito de los Dodgers se puede encontrar en el hecho que cuatro de los hombres que han ganado el premio de Novato del Año con ellos, jugaron antes en el certamen local. En 1960 Frank Howard recibió el galardón después de haber sido el Jugador Más Valioso del torneo dominicano, actuando con el Escogido. En 1979 le tocó a Rick Sutcliffe el señalado premio, había lanzado con el Licey en 1977-78. En 1993-94 Raúl Mondesí fue parte de la edición de ese año de los Leones y en 1994 electo el mejor novato de la Liga Nacional y en 1996 este honor recayó en un Todd Hollandsworth que había sido parte de los Azucareros del Este los dos inviernos anteriores. El hecho que en una tradición tan larga y exitosa como la de los Dodgers, cuyo inicio se registra en 1884, estén nombres de dominicanos en departamentos de auténtica importancia es otra evidencia de la bonanza de la relación. El más significativo es el WAR de 36.3 con el que contribuyó Pedro Guerrero en su estadía con ese equipo, la novena cifra más alta de la historia. Además su slugging de .512 ocupa el séptimo lugar en la lista de todos los tiempos. Con un promedio de bateo de .315 en más de dos mil apariciones al plato con ellos, Manuel Mota aparece en la posición número ocho de ese apartado y finalmente, en 2004, Adrián Beltré, con poderosa ofensiva y estupenda defensa alcanzó una contribución de 9.5 WAR en esa campaña, que solo ha sido superada por los 9.7 y 9.6 que Jackie Robinson consiguió en 1951 y 1949 respectivamente.
La tradicional alianza de Dodgers y Dominicana es indisoluble.