Listin Diario

Encuestas y coyuntura

- PUBLICA DE LUNES A SÁBADO LA COMUNICACI­ÓN.VOCERO PERSONAL.Para comunicars­e con el autor orlandogil@claro.net.do Orlando Gil

SESGO DE ENCUESTA.-

Si se creyera en las encuestas de manera absoluta o estas fueran insospecha­bles, se advertiría­n situacione­s que contradice­n la coyuntura. En la última de Bernardo Vega, por ejemplo, las figuras públicas mejor valoradas pertenecen a un partido de pocos miembros. El de Los Mudos. Danilo Medina respondió al comunicado de la Sociedad de Diarios diciendo “yo hablo ”, y con tan pocas palabras piensa que logró su cometido. Aunque la tangente en política sirve a esos fines. Creer hits todos los fouls, y mucho más si van hacia atrás. Margarita Cedeño lo hizo mejor. Se salió del encierro con una de gerente: administra­r el silencio. ¿ Cómo explicar ese favor de la gente a gobernante­s que no frecuentan los medios ni reaccionan de boca en circunstan­cias en que se afecta el poder ? Los directores lo quisieran intercambi­ando con los reporteros y sazonando cada informació­n de importanci­a. El político se supone hombre de cámara, de micrófono, de escenario. Ahora, si Danilo Medina logra como candidato altos porcentaje­s de simpatía en las encuestas y superior votación en las elecciones ¿ A qué, pues, hablar ?...

Danilo Medina no llegaría a ese colmo de arrogancia de decir que si le va bien como gobernante sin hablar ¿ a qué buscarse problema hablando ? La situación no sería tanto así, pero debe considerar­se como hecho posible que su renuencia a comparecer a los medios no sea defecto de temperamen­to, sino de fábrica. No tendría sentido contratar y pagar estrategas caros y no hacerles caso. La política de comunicaci­ón del gobierno no se conoce en detalles, pero se evidencian elementos, y mucho más en momentos cruciales. Existe la figura vocero, y se supone que debiera actuar a la manera del speaker de la Casa Blanca, ofreciendo informacio­nes dos veces al día o aclarando situacione­s cuando estas sean apremiante­s. La impresión que se tiene, sin embargo, es que Roberto Rodríguez de Marchena no se siente cómodo con todos los temas. Que hay asuntos que le resbalan y otros que le interesan. Los de la sociedad civil, por ejemplo. Nadie lo recuerda disparando a mansalva como vaqueros borrachos cuando entran al pueblo, ni desafiando como pistoleros desaprensi­vos en la cantina. Lo suyo va fácil, sin controvers­ia y sin ganarse mala voluntad de nadie. Ni de las iglesias con el aborto…

Nadie conoce la intimidad del Palacio Nacional, o del núcleo que rodea o asiste al presidente Danilo Medina, pero algo debió pasar para que de un día a otro José Ramón Peralta, ministro Administra­tivo, y no Roberto Rodríguez de Marchena, se ocupara de informar, o de defender o de atacar a nombre del gobierno. ¿ Advirtió la estrategia oficial deficienci­a en el campo de la comunicaci­ón ? ¿ Consideró que era convenient­e ser más agresivo y que Rodríguez de Marchena, como buena gente, no era el más apropiado ? Algo sucedió, pues el cambio se dio, y aunque Mercedes Sosa canta que todo cambia, los cambios no se dan sin una razón. O si no, atender la nueva situación. Nada se mueve sin que el Administra­tivo dispare. A veces no al objetivo, pues en política – también – entran en el plan las balas perdidas. Ningún debate se produce sin que el Administra­tivo participe. Rodríguez de Marchena no dice esta boca es mía en relación con las primarias abiertas o cerradas, o se expresa favorable a las abiertas, como hace José Ramón Peralta. El tema forma parte de la agenda política del presidente Danilo Medina. Peralta, por tanto, hace de vocero del jefe del Estado…

¿ QUÉ HACER ? .-

El equipo político y de comunicaci­ón del Palacio Nacional se considerab­a consagrado. Decía, enfrentaba, atacaba. El comunicado de la Sociedad de Diarios lo obliga a un cambio de estrategia. No quieren al Administra­tivo José Ramón Peralta, sino al presidente Danilo Medina. Incluso se supone más grave de lo que pudo verse a simple vista. Lo que aquí fue objeto de un comunicado o declaracio­nes particular­es, aunque del mismo tenor, en la reunión de la SIP fue todo un informe. ¿ Qué hacer ? Joaquín Balaguer sacaba tiempo camino a la reunión del Consejo Nacional de Desarrollo para responder preguntas de los reporteros que cubrían la fuente. Años después se permitía contestar las inquietude­s de los periodista­s al finalizar las inauguraci­ones, cuya frecuencia era semanal. El país oía a Balaguer, pero Balaguer – también -- oía al país, y esos encuentros llenaban un cometido. ¿ Qué hacer ? No se sabe si el equipo político y de comunicaci­ón de la Casa de Gobierno tiene previstas nuevas modalidade­s, o si pusieron el problema en manos de estrategas extranjero­s. Aunque se entiende que algo deberá hacer, pues los directores no están por dejar que se le escape la lisa, y el trance adquiere categoría política desde el momento en que dos dirigentes de oposición opinaron al respecto…

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