Especialidades
Aunque la forma de efectuar un juego de béisbol es básicamente la misma desde que se inició lo que se conoce como la etapa moderna, la forma de usar los jugadores involucrados ha ido evolucionando. En una actividad cuya naturaleza permite utilizar tantas variables, la parte que mayormente ha desglosado las especialidades es el departamento de los lanzadores relevistas, y es en consecuencia el que cuenta con más peritos. El de mayor popularidad es el Cerrador, experto en trabajar en el noveno episodio cuando el juego está a su favor. Comúnmente entra a la acción con la misión de sostener esa ventaja sacando los tres últimos outs. Está, además, el conocido como “Set-Up” o Preparador, usado principalmente para trabajar entre el sexto al octavo capítulo con la finalidad de “preparar” el escenario al Cerrador, la mayoría con capacidad para trabajar en uno, y hasta dos episodios. Asimismo existen zurdos que se emplean específicamente para lanzarles a bateadores zurdos; y los relevos de uso extenso, manejados cuando el abridor es explotado temprano. Son estos lanzadores sin el vigor para ser abridores pero con el suficiente para dominar una rebelión y extender el trabajo hasta que el juego llegue al nivel de los preparadores y cerradores. Un espécimen muy común y valioso es el que se conoce como Utilitario, capaz de realizar una labor eficaz en varios de los roles señalados, incluso en el de Cerrador si el titular no está apto para ser empleado.
De este grupo de expertos, algunos poseen la capacidad de asumir la responsabilidad del montículo con rivales en las almohadillas, evitando que estos anoten. Ese tipo de tarea no se transparenta en las estadísticas tradicionales; si el relevista en esas circunstancias fracasa, los corredores que le anotan se le cargan al anterior que los dejó en las bases y si logra el éxito, lo más que consigue es el reconocimiento de una entrada completada con cero anotaciones. No obstante hay un renglón que la tecnología moderna ha permitido sea accesible al público: el que mide los corredores que el relevista hereda cuando llega a la loma de lanzar y los que le anotan.
Tomando en consideración un volumen de por lo menos treinta corredores heredados, en la pasada campaña de grandes ligas, el zurdo mexicano de los Diamondback Jorge De La Rosa realizó un excelente trabajo, de 33 hombres que encontró en circulación solo le anotó uno. De esa manera igualó la hazaña que el nicaragüense Wilton López alcanzó en 2010 trabajando para los Astros. Ese 3.03% es el promedio más bajo de ese renglón del pitcheo logrado en una temporada, a partir de la campaña de 1995.
DOMINICANOS
En la recopilación realizada sobre este tema surge el hecho que no han sido mucho los dominicanos que se han destacado en ese aspecto. En las últimas cinco temporadas entre los mejores de cada circuito solo han sobresalido, en el 2013, Joel Peralta y Santiago Casilla con Rays y Gigantes respectivamente, el primero permitiendo que cuatro de treinta heredados le cruzaran el plato para un 13% y el segundo cinco de 32 para un 16%; y en el 2014 el zurdo Fernando Abad con los Atléticos cuando le anotaron cinco de 38, un 13%.
Sin embargo, en 2007 ocurrió que dos criollos encabezaran este departamento en cada uno de los circuitos. A Frank Francisco con los Rangers solo le anotaron un 7% de los corredores heredados, tres de 44, y a Carlos Mármol con los Cachorros cinco de 41, para un 12%.
CERRADORES
Por la forma como es usado un Cerrador, es común que cuando ocupa el montículo sea iniciando la última entrada con las bases limpias. Entre los cerradores que entraron a juego en por lo menos treinta situaciones de salvamento en 2017, el que encontró más corredores en circulación fue Kenley Jansen, veinte; le anotaron cuatro, un 20%. El dominicano Alex Colomé, líder en rescates como cerrador de los Rays con 47 en 53 oportunidades, también tuvo un brillante desempeño evitando que le anotaran, de 19 que encontró solo le anotó uno.