La sabiduría
Radiante es la Sabiduría. La contemplan con facilidad los que la aman, y la encuentran los que la buscan. Ella se anticipa a darse a conocer a los que la anhelan. Quien madruga para buscarla, no se fatigará, que a su puerta la encontrará sentada. Pensar en ella es la perfección de la prudencia, y quien por ella se desvele, pronto se verá sin cuidados. Pues ella misma va por todas partes buscando a los que son dignos de ella; se les muestra benévola y les sale al encuentro en todos sus pensamientos”. ( Sabiduría 6, 13-17). Ojalá fuéramos dignos de que ella nos encuentre, porque la buscamos con anhelo.
¡Quién fuera digno de que ella estuviera sentada a nuestra puerta, y nos saliera al encuentro de todos nuestros pensamientos! Este Proverbio, es sabio y poderoso.
¿Puede la experiencia humana servir de fundamento para la vida moral? “Confía en mi experiencia”, es lo que suelen decir los educadores que se preocupan por orientar a los más jóvenes, a fin de evitarles los contratiempos que podrían seguirles de una conducta equivocada en las difíciles circunstancias de la vida. Quiero hacer yo mismo la experiencia, es lo que contestan los jóvenes con mayor frecuencia, a sus mayores. Craso error.
El libro de la Sabiduría es uno de los libros sapienciales: Proverbios, Job, Eclesiastés, Eclesiástico, Sabiduría. Son de perfil propio, distintos de la literatura proféfica. Tres de estos libros invocan a Salomón como su autor.