Listin Diario

REFLEXIÓN: LECCIONES DE LA PARÁBOLA DE LOS TALENTOS

- Ezequiel Méndez

Puedes engañar a quien quieras, menos a ti mismo, puede que en el fondo de tu ser sepas que a pesar de decir lo contrario le fallaste a un ser querido, que te negaste a ayudar a una persona pudiendo hacerlo, que haces cortinas de humo evadiendo responsabi­lidades, o de tus labios salen muchos “te quiero” pero tus hechos demuestran todo lo contrario. Pretendes ser inocente cuando ha habido mucha culpa y sobre todo cuando te sientes tan libre ignorando los pedazos de corazones ajenos que han caído debido a tus acciones, y vives como el avestruz escondiend­o tu cabeza en el suelo aunque todo el cuerpo queda expuesto, así tus acciones quedan expuestas mientras te escondes en tus zonas de confort.

Es fácil pretender que todo aquello que sientes en forma de resentimie­ntos salen solamente para castigar a aquellos que consideras que te fallaron, que ocupas todas esas emociones para hacer que quien te hizo daño desde tu perspectiv­a reciba lo que se merece, aunque vivas preso(a) de esa cárcel que es el resentimie­nto. Yo en cambio aprendí a dejar ir esas emociones aunque hayan hecho tanto daño en el paso del tiempo, y aunque muchas de ellas ya ni estén en este mundo, limpiar el corazón no es tan sencillo como aparenta serlo, porque hay que llevarlo hasta su más mínima expresión, cuando entiendes que una persona que a lo mejor tuvo sus diferencia­s y hasta te ha hecho daño en cualquier nivel dentro de tu vida no debe ser la razón para secuestrar tu momento presente, liberar el corazón es sencillame­nte aprender a entender que por más rencor o dolor nada más que el perdón sanará tu alma y tus emociones.

Perdonar es asumir que ya tu corazón no llevará más cargas, que has decidido ser libre de las ataduras del odio y del rencor, de perdonar sinceramen­te desde lo más profundo de tu ser, porque has decidido escribir un nuevo y mejor capítulo en tu vida, libre de los clásicos errores del pasado, porque al final de todo te mereces paz y para lograrlo debes romper con esos esquemas que se quedaron contigo en tu forma de pensar desde hace tanto tiempo; abrir el camino de tu redención personal, redimir todo aquello que en tu alma te hizo sufrir tanto a cambio de paz interior, de aceptación y de honestidad emocional.

Acéptate tal como eres, admite tus errores y tus virtudes, no te sobredimen­siones, con humildad acepta todo sobre ti mismo, haz un inventario emocional y desde ahí reconstrúy­ete y reinvéntat­e, sin olvidar que en algún momento fuiste el verdugo de alguien y en otras recibiste mucha maldad y dolor, al final quedas tú sin filtros, sin maquillaje­s, sin máscaras, desnudo ante ti mismo y cuando la almohada te reclame tus cuentas será solamente tu conciencia quien las dará, ante ello perdona de corazón sin pensarlo tanto, admite que no eres perfecto y que has sido tanto victimario como víctima, el mundo no mejorará cuando otra persona a la cual le echas las culpas de tus males vaya al psicólogo, sino cuando tú decidas admitir ser la causa de tus pensamient­os y el resultado de ellos, cuando dejes el circo de la culpabiliz­ación y victimizac­ión, cuando entiendas que al final eres tú el capitán de tu destino.

 ?? ISTOCK ??
ISTOCK

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic