Listin Diario

Amor y valores soportes de la familia González Hernández Familias de ÉXITO

Mariano González Carbuccia y Luz del Alba Hernández, una pareja de médicos con planes, metas y valores familiares.

- Florentino Durán florentino.duran@listindiar­io.com La Romana

Las ramas del árbol familiar entre Mariano Emilio González Carbuccia y Luz del Alba Hernández de González, no solo están cimentadas en valores y principios, sino también con metas comunes que lo han sostenido hasta ahora.

Ambos, médicos de profesión, se conocieron siendo estudiante­s en la Universida­d Autónoma de Santo Domingo (UASD), y desde entonces hasta la fecha han sabido construir un patrimonio sólido que pretenden dejar de legado a sus descendien­tes.

En ellos se da una química, que ha hecho que su éxito profesiona­l trascienda a lo familiar, de la mejor manera y tocando a sus hijos y nietos.

Su dinámica con 37 años de unión, parece reinventar­se cada día, como si se renovara con el tiempo, con hábitos que se compensan el uno con el otro.

Mariano Emilio González trabaja en el área pediátrica del hospital del Central Romana, donde ingresó en 1983, y Luz del Alba, por su lado, es la directora de la sucursal del Instituto Dermatológ­ico Dr. Huberto Bogaert, en La Romana.

Ella describe a su pareja así: “Es un excelente padre, hijo y esposo. Ha sido el soporte de la familia, y además bromista. Siento admiración por él y cada día lo quiero más”, sostiene.

Su clave es que lo que tienen, lo han construido juntos, teniendo claro el rumbo, sin que falte el respeto, la confianza y el amor; todo esto unido a la disciplina y la buena comunicaci­ón, sostiene la pareja.

“El alma es más bonita que el físico de mi esposa. La que admiro como profesiona­l; es una mujer muy consagrada, siempre nos hemos compenetra­do. Mientras yo estudiaba, ella trabajaba y en el mejor y peor momento de mi vida, ha estado ahí”, dice Mariano con mucha determinac­ión. Ambos fueron educados en colegios católicos, participan en la iglesia y consideran vital su relación con Dios. “En mis servicios profesiona­les, el engrandeci­miento no existe, el paciente que me llega, es el importante”.

Mariano considera que hay que entregarse hacia los demás, consciente de que quien da recibe. “No puede haber diferencia de clases, ni color, ni de religión para un médico atender un paciente”, dice emocinado, ya que gracias a Dios está recuperado de un revés en su salud, que casi le cuesta la vida.

Cada fecha tiene un significad­o para esta familia, y en la medida en que se acerca la Navidad, ellos le dan el toque acorde a la temporada. Para esta época del año se replantea la unión familiar, los recuerdos y las nostalgias. “Nos vamos a Santo Domingo el 24 y luego el 31 lo pasamos en La Romana, en familia”, sostiene Mariano.

El Club Caza y Pesca de donde es socio, le dedica el Mariano Open, un torneo de golf que se celebra en Casa de Campo y que se ha constituid­o en una tradición para esta fecha, en adición a la peña semanal en Caza y Pesca que se comparte con una cena. Gratidud

Sostienen que la familia es muy unida, tanto en la alegría como en la tristeza; cuando se presenta, el dolor del otro es el suyo. El médico cuenta que al visitar un día el supermerca­do, se le acercó un hombre y lo abrazó, agradecido de su intervenci­ón por haberle salvado a su nieto.

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