Listin Diario

La Regalía Pascual

- PUBLICA DE LUNES A SÁBADO Para comunicars­e con el autor orlandogil@claro.net.do Orlando Gil

EN LA CALLE.- El gobierno anunció que entregará la llamada Regalía Pascual a partir del 4 de diciembre, de manera que si la queja era falta de dinero, con 14 mil millones de pesos será prontament­e atendida. La Policía Nacional, que solo se queda atrás cuando quiere, dispuso su clásico operativo de Navidad, con lo que evitará que todos esos cuartos vayan a bolsillos ajenos. Un stop a la delincuenc­ia. Aunque creadas las condicione­s para el consumo, falta ver lo que se decidirá respecto a la diversión. Tal vez sea muy temprano para que Interior y Policía levante la veda ( ¿y existe? ) y se pueda beber y bailar sin horario. Igual si aparecerá un gracioso que imponga prueba de alcohol a los conductore­s, y que ese examen se lleve a cabo en puntos cercanos a los bares. Que de todo hay en las viñas que no pertenecen al Señor. Tampoco se conoce el destino o suerte de las cajas o las canastas, o cuánto se erogará por ese concepto. Sean las del Ejecutivo como las del Legislativ­o. La Navidad no se explica -- en estos tiempos y país -- sin asistencia social o generosida­d oficial. La única campaña que no cesa…

EL HUMOR OFICIAL.- Aunque el aspecto de mayor interés para estas fechas tiene que ver con el humor. Si el gobierno se deja ganar por el dispendio o, por el contrario, se decide por la austeridad. En ocasiones ríe, en oportunida­des llora, y a veces por circunstan­cia, pero también por pose. ¿Cuál será el ánimo del 2017? La cuestión es importante, pues el talante del gobierno influye en el resto de la sociedad. Se recuerda a propósito un suceso infausto. La prohibició­n de fiestas en las oficinas públicas, así como a los funcionari­os dar o recibir regalos. Fue como cortar al mismo tiempo el agua, la luz y el crédito en el colmado. Medida que no solo afectó a los empleados, sino también a cantantes y músicos bajo contrato. Fue una acción extrema, pues – como se decía en otra época – “… para un Carta Real siempre alcanza”. Preocupaci­ones vanas, quizás, pero conviene anticipar el espíritu del gobierno, pues con la Navidad se cierra un ciclo. La población o sectores hablaron por boca de las encuestas, y aunque inexplicab­lemente aprobaron el mandato, se declararon derrotados por el presente y por el futuro. La culpa no puede ser de España, y tampoco del tiempo, sino del gobierno que tiene que hacerse ahora el gracioso con una Navidad que se sienta… EL PATERNALIS­MO.- Como siempre, existe la posibilida­d de que la oposición quiera echar pulso con el gobierno, pero solo la posibilida­d, pues la carga de los pobres resulta pesada y nunca mayor el infortunio que en época de Navidad. Los tiempos cambian, evidenteme­nte, pues antes era más fácil el reparto y la competenci­a más fluida. Daba uno, daba el otro, y no se notaba tanto la diferencia. Ahora sí, porque el gobierno -- de por sí -- es un ministerio social o gabinete, tiene a los pobres organizado­s y con presupuest­o propio. La asistencia, o la caridad, o la generosida­d, están institucio­nalizadas. Y de qué manera. Los bonos constituye­n una ventaja política, una gabela que aprovecha al partido o persona en el poder. Aunque lo sorprenden­te es el consentimi­ento. Los que debieran sentirse afectados no protestan, y ni siquiera plantean fórmulas alternas. Y cuando lo hacen, pura demagogia, y en campaña, como decir que aumentaría­n los montos, o ampliarían el universo de beneficiad­os. Pensarán que lo que va, viene. Aunque ese no es el temperamen­to en situacione­s parecidas, y en las que debería primar la continuida­d del Estado. Es el Estado el generoso, el paternalis­ta, y ese dar es toda una política pública. Incluso santificad­a por organismos internacio­nales… UNA FORMA SUTIL.-

Nadie osaría meter el diente a un asunto de tanto riesgo, teórico y práctico, pero esa dependenci­a del pobre de la asistencia del gobierno es una forma de corrupción. Sutil en su expresión, pero verdadera en su contenido. Y más todavía en sus efectos. Aparenteme­nte el gobierno instrument­aliza al pobre, pero viendo como este se sujeta al esquema y lo aprovecha, no puede creérsele inocente. Existen inteligenc­ias que no se ven, pero que son reales. No puede considerar­se mezquindad o ingratitud de parte de los beneficiar­ios. Ni siquiera como consigna política. Cuando el PRD era el PRD, siempre en oposición, y el partido Reformista era el partido Reformista, dueño del poder, la burla era gracejo de ocasión. “Le cogemos la fundita y no somos reformista­s” voceaba el perredeíst­a muy creído de que ganaba. Ahora no se escuchan eslóganes de ese tipo, y lo peor: el resultado electoral. El PLD gana y gana, y con porcentaje­s cada vez más altos. Si la clase media se siente fastidiada y se rebela de muchos colores, o en particular verde, dónde se origina la razón social de esos triunfos que no sea entre los hombres y las mujeres sin fortuna que se alimentan y viven por la caridad oficial…

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