El filón de los diagnósticos
Hace pocas semanas, el LISTÍN DIARIO puso en evidencia los manejos poco éticos que usaban ciertos laboratorios o centros de imágenes de pagar “coimas” a médicos especialistas para que les refirieran a los pacientes que iban a clínicas y hospitales a buscar esos servicios. Esas maniobras mercuriales estaban muy extendidas en el sistema de salud y quedaron al descubierto cuando este diario hizo una investigación profunda sobre la confiabilidad de los diagnósticos médicos, a propósito de conocerse casos de pacientes que fueron víctimas de “falsos positivos” en sus exámenes.
Sin embargo, quedó claro en esa investigación que estas operaciones mercuriales las capitalizaban unos pocos centros, no los más grandes y acreditados que existen en el país, cuyos trabajos se reputan muy confiables debido a la calidad de la tecnología moderna que utilizan para sus diagnósticos. Ahora que la Asociación Nacional de Clínicas y Hospitales Privados (Andeclip) ha decidido no aceptar diagnósticos ni analíticas que no provengan de sus propios centros especializados para esos fines, la primera reacción de los actores del sistema ha sido la del rechazo absoluto, alegando que viola los derechos a la libre elección de los pacientes. ¿Pudo esta medida ser una respuesta al extendido negocio de las “coimas” que favorecía la realización de estas pruebas diagnósticas fuera de sus clínicas y hospitales, quitándoles clientela y perjudicando sus propios intereses en esta materia? Tal vez este aspecto no ha aparecido como factor relevante y de peso en la decisión que ha tomado la Andeclip, extrema por demás, pero no deja de tener asidero en el contexto del gran negocio o competencia que le estaba enajenando la clientela de sus clínicas u hospitales en los servicios de imagenología y laboratorios.
Luce que la estrategia de no aceptar diagnósticos ni analíticas de otros centros que no sean los de su red, va dirigida a darle un golpe de timón a la práctica especulativa de aquellos que pagaban pesos y dólares, por mucho, a los médicos que les referían pacientes para rayos X y otros exámenes, más que cualquier otra razón.
En el contexto de este conflicto, lo que se impone es aprovechar la circunstancia para que tanto en el problema de las “coimas” como en el de la introducción de prótesis “carabelitas” y la diseminación de fármacos falsificados o adulterados, sean discutidos a la franca por todos los actores del sistema, para buscarle una inmediata solución.